Siempre he tenido amigos, o eso creía. Desde que era un crío, he estado rodeado de ellos. Amigos y amigas. Ultimamente no tanto. Quizás no eran los adecuados.
Muchos han desaparecido de una forma natural (Si es que existe una forma natural de desaparecer). Te vas distanciando, las personas cambian, la vida cambia... dejas de relacionarte con algunos de ellos.
Los amigos de Peter
Otros, te dejan de llamar y ver de un día para otro. Lo hacen de forma decidida. Desaparecen bruscamente, dejándote desconcertado. ¿Dónde ha ido todo el cariño, las risas, las afinidades, los años llenos de horas compartidas...?
Eso es doloroso y demoledor. O como mínimo, muy decepcionante.
No soporto la traición, ni la deslealtad. Ni siquiera saludo a estas personas si me las encuentro por la calle. Y eso que me suelen mirar como si desearan darme un abrazo. No gracias. Son historia.
Alguna vez, he sido yo el que, por esa traición, he dicho ¡Basta! Hasta aquí he llegado. Esto, siempre ha sorprendido, pues tiendo a aguantar carros y carretas. Hasta lo indecible. Entonces exploto y todo el mundo se sorprende. El tonto ha espabilado.
De la misma manera, al apartar a un amigo de mi vida, ese cariño desaparecía como encanto. Así. De un plumazo. Esto me sorprendía, pero me alegraba. Yo nunca he sentido deseos de retomar una relación que terminó, por las razones que sean. Cuando algo así acaba, está definitivamente acabado.
Siempre he estado de acuerdo en que más vale sólo que mal acompañado. No hay mayor verdad. Nadie necesita gente en quien no puede confiar al cien por cien. En el fondo, TÚ eres tu mejor amigo.
Yo, por mi currículum, desconfío de la gente, en general. La vida me ha hecho así.
En los últimos años, he "conocido" (entre comillas por que no les conozco personalmente) a una serie de gente en Internet, que puedo con seguridad, aunque resulte increíble, llamar amigos (Vosotros sabéis quienes sois).
Y creo que llego a conocerlos (sin comillas) bastante bien. Consigo una idea de como son, estoy seguro, muy cercana a la realidad.
Con estos amigos virtuales, a los que conoces sólo a través del teclado, he llegado a reír a carcajadas y a llorar desconsoladamente. Y sin tenerles cerca. Ni, en algunos casos, conocer sus rostros.
El reír o llorar con una persona, une mucho. Conocerte y conocerla. Y el preocuparte por esa persona. Une y la acerca.
Me he dado cuenta de que con los amigos de toda la vida, me he reído muchísimo, pero nunca he llorado con ellos. Estaban para las "maduras", pero nunca para las "duras". Eso no es una verdadera amistad. Quizás por eso, yo valoro mucho la amistad. Y siento una gran decepción cuando compruebo que no era lo que yo creía.
Envidio a la gente que dice que tiene amigos maravillosos sin los que no sabría que hacer. Tengo una amiga a la que veo de pascuas a ramos, pero que cuando me llama y me dice: "Voy al parque con Roma (su galga) ¿Nos vemos?" Corro con Lolita y Tallulah y charlamos paseando por el parque.
Roma con Tallulah
Ella siempre me dice que se encuentra tremendamente agusto charlando conmigo. Que vuelve a casa felíz. Yo le digo que está flipada y debe ser por algo que se ha fumado. Ella insiste en que es verdad. Me decía hace poco que ella, sin sus dos más queridas amigas, no sabría que hacer. Que da gracias todos los días por tenerlas ahí. Puede contar con ellas para cualquier cosa. Le dije que la admiraba y la envidiaba, por que eso es la amistad.
Hace unos días, me he enterado de la muerte Alfredo, un amigo al que sólo conocía de comentarios en los blogs y algunos emails. Vivía en NYC. A miles de kilómetros. Nunca le he visto en persona.
Yo sabía por otra querida amiga común, que estaba enfermo y hospitalizado. Llevaba once meses sin actualizar su blog. Ella me tenía informado y me ha contado lo de su pérdida. Y lo he sentido mucho. Lo he sentido por que
Ahora, me cuesta mucho entrar en su blog.
Tenía razón.
Yo tengo a mi hermano Oliver, que es la persona con quien más discuto, pero también con quién más me río. Tendré que decir que es mi mejor amigo por si lee esto.
Y tengo a mis galgas Lolita y Tallulah. Pero las considero más como hijas queridísimas que otra cosa.
Y tengo a un puñado de amigos, gente fantástica, a los que he cogido un gran cariño aunque sólo les conozca por comentarios o emails. Esos sois vosotros. gracias por estar ahí. Besos y abrazos.
Y otro beso para Alfredo, allí donde esté. Espero que sea en un maravilloso lugar lleno de gente maravillosa y grandes estrellas de la historia del cine.
Old Acquintance