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viernes, 29 de marzo de 2013

Y ahora, unos momentos de sublime grandiosidad.







"La Venus rubia" (Blonde Venus), 1932, dirigida por Josef von Sternberg y protagonizada por Marlene Dietrich y Cary Grant. Vestuario de Travis Banton. Ya no se hacen cosas así.

Resulta increíble que la unión de los talentos de Dietrich, von Stenberg y Banton consiguiera un efecto tan absolutamente deslumbrante, en esas películas de sus filmografías, tan llenos de belleza, tan inspiradores y sublimes. ¡Y en blanco y negro! Sin ninguna necesidad de colorines.

Y en concreto, Marlene Dietrich, vestida durante su carrera, por Banton, nos deja con multitud de imágenes ya clásicas en la Historia del cine.




Conchita Perez en "The Devil is a Woman" 1935







Shanghai Lily en "Shanghai Express" (El expreso de Shanghai) 1934


Jamilla en "Kismet" (El príncipe mendigo) 1944
(Esta si era en color)



Banton le pintó de oro las piernas a Marlene.
Y Sidney Guilaroff, el peluquero, le ajustó los postizos del pelo 
de una forma tan tirante, que cuando se los quitaron, después de rodar,
 le sangraba la cabeza. Ella no se quejó, pues sabía que estaba radiante.



Lydia en "The Golden Earring" (En las rayas de la mano) 1947



En 1935, la condesa  Dorothy Di Frasso, celebró una fiesta de disfraces en la que los invitados tenían que asistir disfrazados como "alguien que les gustaría ser", Marlene decidió ser Leda y el cisne y le pidió a Travis Banton un vestido para la fiesta.




Marlene y su vestido de cisne 
(mucho antes que Björk y con mejores resultados), 
con Clifton Webb como Fu Manchu y Elizabeth Allen
como la mismísima Marlene Dietrich.


A lo largo de mi vida, he visto este número, "Hot Voodoo", infinidad de veces y siempre me deja con la boca abierta, tanto derroche de estilo, saber estar, belleza y glamour. Produce risa a lo que se le llama muchas veces estilo o glamour, hoy en día. Y es sorprendente y también resulta gracioso, pensar en todo lo que Marlene y otras estrellas de su tiempo han influido en tantas otras de ahora. Desde Madonna, a Lady Gaga, y muchas más.

(Pon en pausa antes el reproductor de música en la barra inferior. Gracias.)


sábado, 23 de marzo de 2013

Cervatillos, Miss Andrews y otras cursiladas.



¿Existe algo mejor que ver fotos de cervatillos? Sí, seguro que puede haber algo mejor, si lo medito lo suficientemente, pero ahora que veo estas fotos, prefiero no saberlo.

Y seguro que habrá quién piense que soy muy cursi al decir algo así, y seguramente lo sea, pero prefiero ser un cursi a un hijodelagranputa cazador de los que se dedican a disparar a estas criaturas cuando crecen o matan a sus madres dejándoles huérfanos, por lo que, he de decir que me siento muy orgulloso de ser tan cursi como para apreciar como es debido a estas sublimes criaturas.












Y me gusta mucho, el que existan personas que no sufren patologías, como los de las escopetas, y ayuden a estas criaturas cuando aparecen solos y desvalidos.














Me asombra el hecho de que los incivilizados animales, sean más civilizados que los arrogantes e imperfectos, y demasiado a menudo, incluso belicosos, humanos.











Y me hace sonreír el comprobar que una vez más, la vida imita al arte. ¿O es al revés? Nunca estoy seguro.






Incluso Audrey y Frida Kahlo disfrutaron del placer de tener a un cervatillo a su lado, conviviendo con ellas. Lo cual, no me sorprende. 






Y para continuar resultando cursi, diré que disfruto mucho con  ciertas películas.






Por que entre otras cosas, disfruto muchísimo con Dame Julie Andrews, allí donde aparezca y de su enorme talento, y soy capaz de apreciarla y valorarla, como lo soy con los cervatillos.




Star!


Star!


Star!


Thoroughly modern Millie





Esto ya lo conté hace tiempo, pero lo volveré a escribir aquí, por los que no lo conozcáis.

Blake Edwards conoció a la que sería su esposa, Julie Andrews, después de que ella se enterara de que él la había descrito como: " ...es tan dulce, que probablente tiene violetas entre sus muslos." A Andrews le hizo tanta gracia el comentario, que le mandó a Edwards una nota acompañada de un ramo de violetas.

Comenzaron a salir y se casaron.



Victor Victoria



Pero tampoco soy tan cursi, no crean ustedes, disfruto con otros tipos de cosas también. Solo que soy capaz de apreciar la belleza y lo sublime de un cervatillo, el enorme talento, carisma y humor de Julie Andrews y además, de gozar con el drama y el horror de The Walking Dead, por ejemplo.






Pero disfruto muchísimo con estas cosas, por que se trata de ficción. El terror, cuando no nos atenaza con casos reales, es tremendamente saludable. Pura catarsis, vamos. Para mí, es como gloria bendita espeluznarme y sentir el vello erizarse viendo una película o leyendo una novela de terror. Lo bueno de pasar miedo con con estas cosas, es que no son reales.







La vida real es siempre mucho peor. Y más despiadada también. Yo prefiero disfrutar viendo decapitar zombies en una película, que descubrir que la mamá de Bambi ha sido asesinada por un cazador.






Y me horroriza comprobar que existen niños que viendo a Bambi llorar junto a su madre asesinada, no solo no les produzca tristeza, además les pueda hacer sonreír.








Puede que el que te gusten los cervatillos, no sea cosa de cursis, después de todo. Más bien, cosa de tener un mínimo de corazón.





Y como muestra de mi admiración por Julie Andrews, tres vídeos (¡3!) de tres imprescindibles películas de su carrera.

En "Thoroughly Modern Millie" (Millie una chica moderna), solo los títulos de crédito, hacen que ya sean dignas de aplauso ella y la película. Además, me hace reír a carcajadas cada vez que la veo. Me encantan esos planos de ella mirando a la cámara. Y lo moderna que se va transformando en solo unos minutos.

(Pon antes en pausa el reproductor de música, gracias.)




Este es un precioso número de "Star!" No tiene desperdicio. Me encanta la parte final bailando con los dos demonios rojos.




Este es el final de otro gran número interpretado magistralmente por ella, de "Darling Lili".





Y me encanta ser capaz de disfrutar con la visión de preciosos cervatillos vivos y con el trabajo de Julie Andrews, por muy cursi que pueda resultar. Antes cursi que embrutecido patán. Además, la gente tiene una idea muy equivocada de Julie Andrews; se han quedado con la monja María y Mary Poppins. Ella es esos personajes y muchos más.