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martes, 24 de noviembre de 2015

Dolor. Y frivolidad necesaria, no tan frívola, por esa razón




Esta vida es un dolor y una angustia continua. No consigo entender como hay ente que vive bien y relajadamente, mientras otros parece que no cesan de llevar existencias de extrema inquietud e incluso dolor. Ya se que he hablado de esto otras veces, pero es que la vida es injusta y no dejo de darme cuenta de lo diferentes que son muchas existencias.

Lo ocurrido en Paris hace unos días, es una muestra de que nadie está libre de sufrir ese dolor, si un o unos, como en este caso, desalmados, perturbados e hijos puta fanáticos, se cruzan en nuestro camino. 






Es demoledor. Es injusto. Es cruel y doloroso.



"El primer duelo" de William Adolphe Bouguereau



Yo trato, todos tratamos, de conseguir que nuestras vidas sigan adelante, sufriendo los mínimos dramas posibles. Me gusta ser frívolo, optimista y positivo, y pensar y distraerme con cosas supuestamente frívolas o banales, por que lo banal, muchas veces es absolutamente necesario, para nuestra supervivencia, para nuestro propio equilibrio, sumido en cosas tristes e incluso dolorosas.

Me temo que este post, resultará lo que mi hermano llama un tótum revolútum, cuando me pongo a escribir sobre cosas diversas que yo mismo desconozco de antemano... 

He dejado facebook, otra vez. Me gusta, precisamente el lado lúdico y divertido que puede tener facebook, pero cada vez soporto menos el drama, o al menos, en estos momentos. No puedo, actualmente, soportar todo el dolor que conlleva las difusiones de perrillos y gatillos maltratados, abandonados, heridos y sufriendo, todos ellos. Han sido años y años, tratando de ayudar y ahora no puedo con ello. 






Se supone que debería de haber conseguido, después de tantos años, un callo en mi interior, pero no es así. Es reconfortante comprobar como la gente siente que te vayas y te insisten en que seras echado de menos. Te hacen pensar que les gustas. Yo también echo de menos a la buena gente que conozco ahí. Y echo de menos las risas e incluso momentos de hilaridad que muchas veces e disfrutado con esas personas. Pero ahora intento alejar de mí, el dolor que pueda evitar y tratar de llevar adelante una vida, ya de por sí jodida, junto a mi hermano Oliver y mis tres criaturas. Ellos te procuran amor, felicidad y risas en muchos momentos.



"No existe tal cosa como amar demasiado "



Hay personas despreciables, que abundan en exceso, como galgueros, cazadores, toreros, políticos, asesinos machistas o enfermos y fanáticos terroristas, que me asustan más que supuestos monstruos, que ya de por sí, me asustan bastante.



Reggie Nalder como Kurt Barlow en Salem's Lot


Leo que Gunnar Hansen, que interpretó a Leatherface,
ha muerto hace unas semanas.

Agradezco mucho los buenos ratos que me hizo pasar.






Me temo, que la vida real da más miedo que la más terrorífica de las ficciones. Afortunadamente, entre tanto malnacido, también existen buenas personas, que parecen ángeles terrenales, que ayudan, salvan y protegen, a quienes lo necesitan.







Leo algo que ya sabía, y es la alarmante relación de asesinos en el tema de violencia de género y las víctimas asesinadas por sus maridos, que son cazadores. Por que, muchas pueden morir a golpes o acuchilladas, pero también lo son debido a disparos de escopetas. ¿Cuantos ciudadanos disponen de escopeta, si no son cazadores? Al fin y al cabo, los cazadores sufren psicopatías y no lo digo yo, lo dice la psiquiatría. Unas muestras aquí, aquí y aquí. Quien disfruta matando animales inocentes, nunca es de fiar. La mayoría de los asesinos, comenzaron matando animales.






No soporto a quienes creen errónea y tajantemente, que un niño no debe ser criado con un perro. Lo consideran poco higiénico e incluso poco segura, su convivencia. Yo, estoy convencido de que ningún niño será más feliz, que aquél que crece junto a un perro.






Conocí, hace años, en mis tiempos de mi primer borzoi, Dimitri, a una chica y a su perro, con quienes paseábamos muchos días los cuatro por el parque. Era, el suyo, un rottweiler tan enorme como imponente y bonachón. Me contó, que cuando nació ella, sus padres trajeron a casa a una cachorra de gran danés. Ambas crecieron juntas, compartiendo juegos, complicidad y amor. Su infancia fue muy feliz, al lado de su gigante compañera. 






Cuando la gran danés murió, fue como si muriera su hermana. Ella, enmudeció durante dos años, debido al trauma. Tal fue su pena. Era su mejor amiga y era a quien más quería.

Hace poco, coincidí en la calle con una madre y su pequeña hija, que me preguntó si podía acariciar a mi cachorro de galgo Valentino. Él tenía aún sus dientes de leche y le podría hacer daño, sin querer, por lo que le dije que podía acariciar a mi otra galga, Lolita o al pequeño Margarito. La madre me contó que lo mejor que ha hecho en su vida, al nacer su hija, fue meter a un perro en casa. Un perro hace que los niños sean más generosos, sociables y además les hace inmunes a enfermedades, alergias, etc. Justo lo contrario de lo que muchos piensan. Una mujer me dijo un día, cuando mis galgas (entonces vivía Tallula, mi último borzoi) y Margarito, se le acercaron pidiendo las caricias que ella siempre les daba, que no las podía tocar, pues iba a ver a su nieto...






Me indigna sobremanera, esa gente (incluidos, manda huevos! Stefano Dolce y Domenico Gabbana) que consideran que dos padres gays o dos madres lesbianas, no deben adoptar niños. Como si no fuera posible que sean felices, criandose en un entorno que consideran un despropósito, o algo mucho peor, como si fueran, esos padres/madres, una mala influencia. Más me horroriza a mí, la influencia sobre sus hijos, de un ministro/ministra del Partido Popular.

Viendo fotos de diferentes fiestas de Halloween de Neil Patrick Harris con su marido e hijos, si algo piensas al instante es que esos niños son felices.








Y hablando de frivolidad, para mí no tan frívola, me he hecho adicto a Pinterest, lo cual, para mí que soy también adicto a las imágenes, es un placer. Encuentro muchas fotografías que me hacen la vida más feliz, pues alimentan mi espíritu. Creo que esas colecciónes de imágenes, dicen mucho de quien es y como es, una persona. Te representan muy bien. Ya tengo 26 tableros y 28 seguidores. Aunque me irrita la falta de rigor de algunos usuarios. Buscando fotos de Marilyn, por ejemplo, es más común de lo que podría creerse, encontrarse con una imagen de Lisa Marie Presley, maquillada como Marilyn por Kevin Aucoin, que siempre, siempre consta, como una fotografía de la mismísima Marilyn Monroe.



¡Es Lisa Marie Presley!


Antes dejaba un comentario, aclarando el error, pero parezco ser ignorado. También encuentro siempre una icónica ilustración de Vampirella, por José González, que es inevitablemente atribuida al genial Frank Frazetta. Cuando al ser aumentada la imagen, incluso se puede leer, en el tamaño original: José González.






Hace unos días, también me hizo feliz descubrir unas fotos de Glenn Close, por la que siento admiración y adoración, para The Hollyood Reporter, aunque son de hace un año.











Y leo que Close, ha vuelto a interpretar este año a Norma Desmond en el musical de Sunset Boulevard, esta vez en Londres. También me haría feliz verla interpretandolo en el cine, de una puta vez. ¡No se en que piensan esos productores! 






Y me alegró también, por que la admiro por muchos motivos, ver el trailer de la nueva película de Angelina, By The Sea", escrita y dirigida también por ella y protagonizada junto a Brad Pitt.




Además de lo obvio, Angelina posee un gran talento como directora. Aunque leo, también, que ha sido un fracaso en suestreno en EEUU. Lo cual, no quiere decir nada, pues muchas películas buenísimas, no alcanzan el éxito que merecen. Si no es una película repleta de acción, efectos especiales o risas, muchas lo tienen difícil.


(Por favor, pon en pausa el reproductor de música, antes de ver el vídeo. Gracias)




Veo con gran deleite, los dos primeros capítulos de Versailles. Da gusto ver buenas películas o series. Y además de por variados motivos, quedo pasmado por el pelazo que los miembros de la corte lucían en el XVII.




Comparen al protagonista, George Blagden, como Louis XIV,
con su aspecto normal sin la peluca. Nada regio.




Ya no hay sentido del exceso, la creatividad y el ornato, en cuanto a la imagen de las personas se refiere. Lo compruebo también, cuando comparo a mi admirada Linda Evangelista, con las modelos actuales. Esto solo son unas muestras de ella, para campañas de Versace.








Y me fastidia, por ello, que muchos se apresuren a definir como de mal gusto, algo que está lejos de su espíritu, en cuanto a lo que creativo significa, solo por que no serían capaces de ponerselo, por estar lejos de lo convencional, común o aburrido.




A Louis XIV le gustaría más vestirse asi,
que como Mariano Rajoy



Y yo, deseo fervientemente poder poseer este conejo, que me ha dejado boquiabierto, réplica del dibujado por John Tenniel, para Alicia en el país de las maravillas. También me haría feliz observarle.







Mientras tanto, tratemos de vivir nuestras vidas lo mejor posible y sufriendo lo mínimo que se nos permita. Que el cielo nos proteja de los mazazos de la vida, las malas personas y sus crueles actos, que son mucho peores que los de las "bestias" más peligrosas.







Me ha gustado mucho este breve vídeo de Gillian Anderson para PETA. "Comer carne, es cuestión de gusto".




Y os dejo con la preciosa voz de Karen Carpenter, que también me ha hecho la vida más feliz, como lo hacen los cantantes que admiras, interpretando una preciosa canción, como es A Song For You. Por favor, presten ustedes atención a su voz y a la canción, sin distraerse con el peinado. Gracias.

domingo, 22 de noviembre de 2015

Monsieur Chevalier Margarito




Esta foto que encabeza este post, es la primera imagen que vi de mi Margarito, cuando le difundí buscando adopción. Era un pobre perrillo que vivía siendo maltratado, en Sevilla. Meses después, de la primera difusión, no siendo querido ni adoptado por nadie, vino a vivir con nosotros. ¿Como no conmoverse con esa cara y esos ojillos? Además, Margarito es un perrito encantador, sociable, cariñoso, dependiente, lleno de traumas y entrañable. Se puede pasar minutos tumbado en la cama mirándote fijamente, inmóvil, como si te observara con absoluta y verdadera admiración. Minutos sin apartar sus ojos de los tuyos, lo cual dicen que es una muestra de amor, de estas criaturas.

Esa foto del primer plano de su carilla, he querido ponerla en un portafotos desde hace siglos, pero no he podido hacerlo hasta ahora, que me he deshecho de mi vieja y negada impresora, sustituyéndola por otra nueva. El problema era que su formato cuadrado hacía complicado enmarcarla en un formato rectangular, sin cortar esas bonitas orejillas. Otra opción era buscar un marco cuadrado, pero si ya es difícil encontrar uno que me guste rectangular... Finalmente, se me ocurrió alargar la imagen, haciendo un montaje con un retrato de un caballero decimonónico. Voilá! Monsieur Chevalier Margarito!







Sí, ya se que el efecto es un tanto chapucero, pero sin photoshop... ¿que quieren ustedes? Y la perfección de la que carece, queda suplida con creces, con el amor con que ha sido realizado.

Rescaté un viejo y barato marco que compré hace años y que no me gustaba, por ser un tanto sombrío, pues parecía formar parte de un catafalco, aunque con posibilidades de hacerlo más de mi gusto.






Un poco de pintura y... voilá.




¿No ha quedado guapo y distinguido, ese perrillo 
maltratado de Sevilla al que nadie quería?



miércoles, 11 de noviembre de 2015

El galgo Pacheco

Julio Romero de Torres, a la derecha, con el poeta Camín y el galgo Pacheco


Como amante de los perros y de los galgos en especial, la historia de la relación de Romero de Torres y su galgo Pacheco, me emocionó y me encantó, por obvias razones. Fue mi amiga Sylvia y recientemente mi otra amiga Elvira, quienes me pusieron en conocimiento de este precioso compañero del célebre pintor.






Julio Romero de Torres pinta entre 1904 y 1905 los murales de la Iglesia Parroquial de Porcuna. Comienza una amistad con diversos personajes de la ciudad que durará toda la vida.

A través del coto El Lebrel, comienza una amistad que dará como resultado una continua estancia de Julio con sus amigos de Porcuna.

Literariamente me conmueve el regalo que le hacen a Julio, en una de sus visitas. Le regalan a Pacheco, un galgo negro, que pintará en numerosos cuadros. Lo recibe, dentro de una canasta alargada, una sorpresa: la mancha negra de un cuerpo huesudo y negro muy negro sobre un paño de algodón, al fondo de la cesta, temblando; una mirada brillante. Los ojos de Julio y los del animal, unidos, en comunión perfecta al instante. Las manos libres y ligeras sacando al cachorro de la cesta, negro, sin mácula.

Y las almas, las dos, en ese mismo momento, se unen en el cielo de su destino y Julio se lleva prendido de sus brazos a aquel cachorro de galgo y lo pasea por la Carrera de Jesús y la mole endiablada de la torre de Boabdil, «mira perrito qué alta es, un día subimos y te enseño Córdoba desde allí.»

Y enristra la calle Carrera y al pasar por el arco de la plaza con el animal un estremecimiento incendia sus vísceras, y la Parroquia, con su masa mastodóntica de piedra cruda, su campanario alto y hueco mostrando a María Benita, la campana, el chapitel como el bulbo de una cebolla, se le clavan en el corazón cuando pasa, dirección a la casa de Julián para dormir, …pasa cerca muy cerca de los muros de uno de los ábsides laterales, dentro del cual su pintura de la Sagrada Familia espera ser tapada, los ojos de la Virgen, su cuerpo serpenteante elevado en un clímax místico, junto al Niño y lejos de San José, a la izquierda del espectador.

…La mirada resumida de todos los desconsolados siglos venidos y venideros en el fondo de las pupilas de Pacheco, seguro, en el regazo de los brazos de Julio, mientras relame su hocico y abre la menuda dentadura de dientes afilados de leche.

Este galgo velazqueño, de prestancia triste y señora, especie de prolongación de la figura de su amo, el genial pintor cordobés Julio Romero de Torres, había nacido en Porcuna (Jaén) en fecha cercana al año de 1921.

Aun no perteneciendo al todopoderoso género humano, su condición de leal y fiel compañero del artista y su plasticidad inmortalizada en algunos de los más bellos cuadros del pintor, son avales suficientes como para reservarle su sitio dentro de la historia local.

El animal es usado en su pintura para acompañar a los seres, como elemento simbólico. No en vano el perro fue utilizado por Velázquez como contenedor de personalidad, de ideas propias. Son numerosos los cuadros en los que, frente a la mirada ida del monarca de turno, el perro parece representar a la verdadera racionalidad y humanidad. Los perros de Velázquez reclaman un ensayo. También Pacheco, el galgo inmortal de Porcuna, necesita un estudio más detenido como elemento clave en la iconografía de Julio Romero.

En 1924 Julio Romero pintaba en Madrid su cuadro Cante Jondo, composición en la que se abrazan el amor y la muerte.




Cante Jondo



Pacheco, ese perro largo, delgado y negro azabache, ocupa un lugar principal en la parte superior del lienzo, lanzando un lúgubre y supersticioso aullido de misterio, junto a una mujer desnuda, erguida e impasible, que simboliza la fuerza inexorable y ciega de la fatalidad.

También datado en ese mismo año, es el lienzo Diana Cazadora, donde Pacheco comparte protagonismo con la actriz Marichu Begoña (Mimi). Tema rescatado de la mitología clásica, en el que la figura femenina descalza y semidesnuda sujeta al galgo, con un tenebroso fondo teatral en el que aparecen unos lebreros que completan la escenografía. 




Diana Cazadora





Aquel galgo negro, traído desde Porcuna, una vez en Madrid, sería bautizado con el nombre de Pacheco, en memoria de aquel bandido valiente y leal, asesinado en Córdoba durante La Gloriosa, cuyo retrato amarillento, por la huella melancólica de los años, y su trabuco conservaba el pintor en su abigarrado estudio madrileño.

Se dice que Pacheco gustaba de dormir la siesta repanchingado en un diván o junto a un brasero de picón mientras el pintor transformaba su arte en forma de cuadros.

La datación de su probable fecha de nacimiento responde a un elemental criterio fundamentado en la esperanza de vida de esta raza canina, que oscila entre los 12 y 14 años. Habida cuenta de que Pacheco dejo de existir en la primavera del año 1933, es por lo que sitúo su nacimiento en torno al año 1921.


Pacheco, en el suelo junto al pintor. En pie, Valle-Inclán,  
y la actriz María Banquer, (Madrid en 1926).




Pacheco desde entonces estará unido entrañablemente a la vida y al ambiente del pintor. Su presencia no pasará desapercibida para cuantos tuvieron la posibilidad de acercarse hasta su estudio y reparar en su mirada inteligente y triste. Este galgo fino, silencioso y señorial acostumbraba a dormir la siesta, repantigado en un diván o junto a un brasero dorado, mientras el maestro se entregaba a su arte. Pacheco, hierático y majestuoso contemplaba silenciosamente el basto desfile de periodistas, actrices, toreros y modelos de los que el pintor solía rodearse. Pacheco, era en la vida y decoración del estudio uno de los motivos principales. Sus ojos se alzaban reconocidamente a su amo al sentir sobre el lomo la caricia de la mano inconfundible.

También fuera del estudio, Pacheco terminaría haciéndose popular en Madrid como su inseparable compañero: “Los dos iban juntos por entre la noche de Madrid a la caza de silencios maduros, de estrellas finas y de lunas nuevas”.

“Un día entrevistamos a Romero de Torres en su estudio madrileño. Y en ninguno de los movimientos, ni de las palabras, faltó la curva de gracia del fino galgo de seda. A nuestras preguntas, paseaba él la admiración de sus ojos -ternura y gravedad- por nuestros semblantes. Aquellos ojos de Pacheco, fraternos y limpios, como dos avellanas doradas sobre la proa de su hocico, buen azuzador de auroras y adorno de aquella frente de heráldica pensativa. Pacheco era una larga ese mayúscula. Una ese de salves y de “salud, hermano”.Por su figura correcta y preocupación armoniosa, podría llevar dentro de si, sin temor a desdoro, el alma de otro pintor con gran semejanza con el galgo de Romero de Torres. Ese pintor era Van-Dick que, acaso, como Pacheco, llevaba en la jaula del pecho, todo en neblinas, prisionera, una alondra que se ahogaba de sol. Pacheco y Van-Dick hubieran sido también buenos amigos. Porque pacheco tenía un alma profunda como una noche fresca y silenciosa. Odiaba la pandereta y no gustaba de las guitarras si al sonar no lloraban de veras. Sacudía las orejas en señal de protesta si escuchaba un cuplé en los tablaos y oía con religioso silencio todas las coplas flamencas, con una gran comprensión humana que no se ha visto jamás entre las gentes del colmado. Tenia, en esencia, el mismo gusto estilizado y andaluz de su amo”. Alfonso Camín.

"Cuando murió Romero de Torres no hubo manera de alejar a Pacheco de la capilla ardiente... Y Pacheco, allí inmóvil, más hierático que nunca, abrumado por la tristeza, cerca de aquel cuerpo que ya no se inclinaba sobre él con un propósito de caricia. En tres días no quiso comer "Pacheco", ni quiso marcharse de aquella estancia.

Un día estaba en el estudio, con otras personas, el gran recitador JOSE GONZÁLEZ MARÍN. Sabía unos versos dedicados al pintor en la hora de su muerte, --en la que también estuvo como amigo íntimo que fue del pintor--. Alguien propuso que los recitara. La gente hizo corro en torno al actor y éste se dispuso a comenzar.

Cerca, sobre un diván, como casi siempre, estaba "Pacheco", indiferente, deprimido. Al ver que la gente se arracimaba al rededor de JOSÉ GONZÁLEZ MARÍN, el perro abandonó su sitio, se abrió paso antre los oyentes y se colocó en primer término ante el actor. Así estuvo quieto, atento, hasta que recitador acabó la poesía en recuerdo de Romero de Torres. Entonces, el perro volvió al diván y se tendió otra vez en su misma actitud kindiferente y apesadumbrada de antes...

Cuando el hijo del pintor vino a Madrid para levantar el estudio y trasladar muebles y cuadros a Córdoba, trajo consigo a "Pacheco". Eran los últimos días del estudio que había sido marco tantas horas de labor, de alegría y de entusiasmo. Desfilaba mucha gente para ver por última vez la estancia, que era como un relicario de sonrisas flamencas. Y "Pacheco" estaba allí, como tantas otras veces, pero ahora en una actitud y con un espíritu nuevos, dominado por la tristeza de no ver al amigo de toda la vida.






Fueron exactamente tres los años que Pacheco sobrevivió a la muerte de su amo. Cuando fallece Julio, Pacheco y la fiel Mariquilla, que durante muchos años asistió al pintor en Madrid, dos figuras que se habían hecho populares junto al pintor, emigraran a Córdoba, para acogerse al amparo de la familia de Romero de Torres, en la casa de la Plaza el Potro. Allí, entre los aromas perfumados del patio del Museo, iría poco a poco apagándose su vida, hasta que murió de viejo.






El monumento escultórico, proyecto encargado al escultor almeriense Juan Cristóbal, íntimo amigo del pintor fallecido, no se materializaría definitivamente hasta la tardía fecha de 1940 en que fuera inaugurado, enclavado en la parte sur de los Jardines de Agricultura. Lo representa de pie, con su capa y con su galgo PACHECO, por que el galgo ocupa un lugar principal en la escultura junto a su dueño. 








Recordar que en la suscripción popular de entonces numerosos amigos de Porcuna aportaron dinero para la construcción del Monumento. Cuando paso andando o en coche por Córdoba un temblor me llena el alma cuando veo a Pacheco en bronce a los pies de Julio.






En el año 2003, en el marco de la magna exposición en honor del pintor cordobés Julio Romero de Torres, “el galgo Pacheco”, su fiel e inseparable compañero, volvería a ser inmortalizado por un artista plástico en una colosal estructura metálica. Saltó a las páginas de prensa el caprichoso e irracional atentado nocturno que sufrió. Parte de daños: cuartos traseros, rabo, los genitales partidos en varios puntos y alguna pintura levantada.





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