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sábado, 30 de abril de 2011

Yo debo de ser una persona con mal gusto. La boda Real del príncipe Guillermo me lo confirma.



He visto parte de la boda del príncipe William, perdón, Guillermo. No he sido invitado. Debe ser por que no me gustan las bodas. Los Windsor deben saber mi fobia por estos eventos. Hace años que no asisto a ninguna. Demasiada familia junta a la vez y la mayoría, preferiría no tener que verla. Mis motivos tengo. Y los que no son familia, demasiados desconocidos a la vez. Pero me gusta el espectáculo. Y una boda Real, lo es.






Viendo parte de esta boda, como una abuela sentada frente al televisor, sacando mis conclusiones sobre la nobleza y la realeza, al final, sólo podía pensar que esto de las bodas reales es como un cuento de hadas. O como una película romántica. Dan ganas de creer en el AMOR.


Lo que más me encató. El interior de la Abadía
de Westminster decorado con esos árboles.
¡Genial!

Yo no voy a hacer una entrada sobre la monarquía. Esto es mucho más frívolo. ¿O tal vez no?

Las calles de Londres y el mundo entero, por televisión, estaban pendientes de este acto.








También, trataba de ver a alguno de los invitados con un atuendo que me impresionara.

La novia, Kate Middleton, ahora Katherine y en España a partir de ahora, Catalina(no sé por qué se traducen los nombres de la realeza y los de las estrellas del cine o la música, no. Nadie dice Jorge Michael o Pablo McCartney) estaba muy guapa. Deslumbrante en ese vestido diseñado por Sarah Burton para McQueen. me recordó, como a tanta gente al diseño que Helen Rose hizo para Grace Kelly.




Ahora todo el mundo echa pestes del vestido de novia de la princesa Diana. ¡Hay que pensar que eran los 80! En esa década, todo era excesivo y el vestido de novia de una princesa, más.


Siempre me ha fascinado esta foto.



La sobriedad y uniformidad de los chaqués de los caballeros, hace que se puedan hacer pocos comentarios (con la excepción de Beckham).

David y Victoria Beckham.
El, el más gallardo y mejor vestido de los caballeros.
Ella, sencilla, pero impactante.
El sombrero: Philip Treacy.
Esos  Louboutin, impresionantes.


El caso es que ha habido pocas invitadas que me llamaran la atención. Las que lo han hecho, han sido justo las que han sido criticadas por lo desacertado de su atuendo. De lo cual deduzco, que mi sentido del gusto es más que dudoso. Los comentarios de los contertulios en los programas de televisión, así me lo hicieron creer.

Un ejemplo: Miriam gonzález, la esposa del viceministro Nick Clegg. ¡Me encantó! Mi favorita. Nada que ver con esta época y nada que ver con una chica de Valladolid.


Ese turbante con las flores...
¡Genial! Y los guantes, el vestido...
De Miguel Palacio.

¡Y a mí, que lo que más me impacta
es un culo apretado...!

El culo, perdón, tratándose de la realeza,
será el trasero. No. La zona posterior
de la princesa Victoria de Suecia.
¡Fantástico! 


El sombrero de Beatríz (¿O era Sarah? No controlo los nombres de esta gente), hija de Sarah Ferguson y el príncipe Andrés. Se partían de risa en televisión.

Yo creo que es genial.


Yo me apostaría alguna parte de mi anatomía a que era un Philip Treacy (Hice una entrada sobre él aquí). Y este genial sombrerero, considerado por la mayoría como el rey de los sombrereros, siempre es criticado por el populacho. Recordemos a Sarah Jessica Parker con su Philip Treacy :

Sarah Jessica Parker en el estreno
de Sex And the City en Londres.

Tara Palmer-Tomkinson.
Demasiado monocroma, pero fina, muy fina.
¿Se dice "monocroma"?
¡Monocromática!
Hay otra palabra que se utiliza en moda...
no caigo.
Philip Treacy too.

¿Mary Chantal Miller?
Muy bonito sombrero.
También Philp Treacy.

Doña Letizia, muy fina, pero...

¡Una pamela, por dios!
Estoy pensando que por el tono, le habría ido
muy bien el sombrero de la hija de
Sarah Ferguson.
Me gustaría haber oído los comentarios


Esta chica plebeya del público, no irá muy fina
(yo creo que sí) pero va ocurrente y graciosa.

Los caballos, los más guapos.




¿Por que no venden esos uniformes de los cocheros
en ZARA? Yo me compraría uno.


Pués eso. Que no tengo buen gusto, pero tengo el mío personal. Siempre discrepo con el populacho.

¿Debería decir:  Viva los novios? pués ¡Viva!



La realeza se divierte

jueves, 28 de abril de 2011

KATRINA RHODES.




Katrina Rhodes es uno de esos artistas que recrean épocas pasadas para componer una obra actual llena de magia, encanto y belleza.

Sus retratos son clásicos, minuciosos, detallistas y con elementos surrealistas (polaroids, una granada, huevos fabergé aerostáticos...). Además, sus personajes, desbordantes de dignidad, son aves; antropomórficas, pero bellas aves. Da gusto mirar estos retratos. Ennoblecerían cualquier salón.




Sus pinturas acrílicas están realizadas
en lienzos de lino y algodón.





Encuentra su inspiración en el arte gótico
y en los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX.








Su primera exposición, este año en Melburne:
"A Handful of Civilised Friends"
En la que ha trabajado durante año y medio.




Katrina Rhodes