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sábado, 3 de junio de 2017

Más es más. Lo creía Nureyev y lo creo yo



Definitivamente, para mí, más es más. Y como dijo la única e inolvidable Diana Vreeland: "Más es más y menos, un aburrimiento". Comprendo cómo en asuntos como la decoración de una casa, un atestado entorno, abigarrado de cosas, muebles, cuadros, color y sin apenas espacio libre, puede asustar e incluso agobiar a quien prefiere espacios blancos, despejados y sencillos, carentes, según ellos, de cosas superfluas ni nada que posea unas décadas de antigüedad. Pocas cosas hay para mí, más importantes que lo superfluo, el color y las cosas de otras épocas. Esos espacios blancos, modernos y despejados, me hacen sentir como en un quirófano. Me dan frío y me siento como si me fueran a intervenir en el mismísimo recto. 





Al menos han tenido la mínima sensibilidad
de incluir alguna planta que añade un tono de color


Una casa repleta de cosas bonitas y color, me resulta acogedora. Me gusta el arte, por lo que yo no colocaré un cuadro en una pared para decorarla; llenaré cualquier espacio libre con uno de ellos, pues son muchos los que me gustan, como lleno mis estanterías de libros, por que son muchos también los que atesoro. O plantas, CD's, DVD's... Alguien con gustos minimalistas, muy contrarios a los míos, me dijo en una ocasión que tal vez los que somos abigarrados y barrocos en nuestros gustos, poseamos más imaginación. Yo, sinceramente, creo que sí puede tener relación. Necesito estar rodeado de color y multitud de cosas a las que mirar. Disfrutar mucho con todo lo que me rodea. Mi imaginación, creatividad y espíritu, se enriquecen con ello. Es inevitable ser así. 

Cuando descubro casas de gente que me hacen pensar que coinciden con mis gustos y comprendo que lo que se acumula en su cabeza tiene relación con su personal hogar, me siento más comprendido. Eso es lo que me ocurrió cuando hace años descubrí el apartamento de Rudolph Nureyev en París. 




Abunda el color en su casa, como en la naturaleza, a no ser que vivamos en el Ártico, pero incluso allí, hay muchas tonalidades de blanco y azul. Y abundan las cosas bonitas a las que mirar y por las que sentirse acompañado. Una casa fría, blanca y desoladoramente despejada, ha de hacer sentir más solo, o al menos a mí. El apartamento de Nureyev es el hogar de alguien muy especial, una persona poco común que ama el arte y posee el espíritu de otras épocas. Algo que entiendo bien. 


En un interior como el suyo, no puedes tumbarte en el sofá
en camiseta o chándal, como un común mortal.
Has de poseer una imponente bata china,
cosa que también comprendo.
Y además, ser fotografiado por Lord Snowdon


Lo que me llama la atención es la poca abundancia de alfombras, las cuales me parecen indispensables para crear un ambiente acogedor. Supongo que la razón es que Nureyev era bailarín y quería sentir la madera bajo sus pies. 


Tapicerías, pinturas, el revestimiento de las pareces...
Todo desborda importancia y en absoluto escasa personalidad.
Además, el apartamento al completo posee un importante 
estilo clásico sin ninguna muestra de estridencia fuera de lugar

He de decir que no me vuelve loco la lámpara.
Demasiado antigua. Prefiero los chandeliers 
del XVIII o XIX, con kilos de brillantes cristales.
También me choca la ausencia de plantas, 
 para mí indispensables.
Unas kentias realzarían aún más el lugar.
Y tampoco yo descarto la idea de incluir cosas 
más modernas





Y es un placer comprobar que no solo yo,
elige el color rojo para pintar unas paredes.






Hay quien prefiere vivir en una casa blanca y sencilla. Aunque Nureyev y yo no. Definitivamente para mí, más es más. Cada vez tengo más claro que en otra vida he vivido en el XIX.

Hasta la tumba de Nureyev está lejos de ser sencilla. Es la tumba de alguien que resultó ser un artista importante y muy especial. Y con una poco común personalidad.



Toda ella está cubierta por una alfombra formada por un precioso mosaico




16 comentarios:

  1. Amigo, más es más. Definitivamente, me quedo con tu estilo, que me encanta. Un besazo enorme de grande!

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    1. Creo que tú me miras con muy buenos ojos :-) Muchas gracias, Marito.

      Otro beso para tí.

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  2. Ay Alberto ( oigase aqui un hondo suspiro) cada loco con su tema...es curioso, las fijaciones de cada uno. Yo a dia de hoy, mataria por una casa con loseta en el suelo y paredes blancas. No me gustan necesariamente las muestras " quirurgicas" con las que ilustras tu opinion, pero estoy hasta la punta de la p@#€&lla de moquetas y molduras ( por el amor del cielo, hasta el puto water tiene acanaladuras!) y un estilo cosy, una forma de concebir las viviendas que a mi me esta asfixiando espantosamente. Ahora creo que si me hicieras vivir en el piso de Nureyev me daria una apoplejia.
    Harta de flejar cajas y de apilarlas, un beso grande
    Anonima Eve

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    1. Me has hecho reír con tu comentario. anónima Eve. Te comprendo, también. Tú no has vivido en el XIX en otra vida, es obvio :-D Yo he pintado ya de rojo el salón de nuestro nuevo piso :-)

      ¿Tú también apilando cajas, cariño? Ya no caben las pilas nuestras en este aún nuestro hogar. Esperamos comenzar a trasladarlas esta semana. ¡Por favor, dime que sobrevives a una mudanza! Ahora mismo, me parece inconcebible.

      Muchas gracias y besos.

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    2. Solo por lo de tus galgas ya me caes bien. ..aunque no comparta tanto decorado se nota que sabes de lo que hablas...

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    3. No sé si se de lo que hablo, pero solo es mi opinión o peculiar gusto. Gracias por decir que te caigo bien, por lo de las galgas y por tu comentario.

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  3. Tienes todo el derecho a disentir de la tendencia generalizada y de hecho eso es bueno, pero para tener interiores como esos hace falta un ejército de chachas limpiando el polvo 24h o algo así, o los ácaros te comerán vivo.
    otra cosa que me gustaría ver a Nureyev buscando las gafas, el mando a distancia o las llaves del coche...

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    1. Te entiendo bien, aunque también es verdad que hay gente que necesita espacios despejados y luminosos para sentirse relajados y otra gente, todo lo contrario. Yo necesito sentirme rodeado y arropado por multitud de cosas, para sentirme en un lugar acogedor. Es cuestión e personalidad, supongo. Es verdad que un lugar abigarrad necesita más dedicación y tiempo para mantenerlo como es debido, pero a mi me compensa el no mantener la casa en un estado impoluto. He aprendido a llevarme civilizadamente con los ácaros, creo. Y también he aprendido a mantener un cierto orden, dentro del desorden e incluso el caos. Puede que a veces cueste encontrar las gafas o el mechero en un entorno hiperdecorado, pero acabas encontrando cualquier cosa, una vez que te acostumbras y has recorrido todo el lugar, disfrutando de cosas bonitas. Supongo que la casa de cada uno es la extensión y el reflejo de quien la habita, para bien o para mal.

      Muchas gracias.

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    2. hola de nuevo. Si te entiendo muy bien, creo que suelen ser especialmente proclives a preferir un entorno tipo "madriguera con todas mis cosas chulas" las personas con sensibilidad.
      Bueno y también los firkis gordos rodeados de mierdas de plástico, pero me desvío.
      Yo soy del tipo que aunque prefiere el rollo nórdico luminoso y despejado, a la larga me puede el diógenes (y la vagancia, para que nos vamos a engañar) y acabo literalmente rodeado de trastos antes de darme cuenta. Si me regalasen Versalles en un mes iba a parecer un bazar chino.
      Y yo no he conseguido una convivencia civilizada con los ácaros, en cuanto muevo algo intentan matarme.
      Y luego también es verdad que aunque te guste rodearte de cosas bonitas, si no las cambias de sitio periódicamente se vuelven invisibles, lo mismo daría que no estuviesen.
      ¿Qué te parece el piso de Iris Apfel?
      un saludo

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    3. Hola de nuevo, anónimo. Perdona el retraso en contestar a tu comentario, pero he estado, todas estas semanas, inmerso y desesperado en una mudanza y deseando, en ocasiones, haber sido yo alguien de gustos más minimalistas, debido a la enorme acumulación de cosas que han atestado tantísimas cajas.

      Al final, reconoces tender a la acumulación de cosas, por lo que no todo está perdido :-D
      Es verdad que es muy bueno para una casa, cambiar cosas de sitio de vez en cuando. Es fácil acostumbrarse a todo tu entorno y cambiando cosas de lugar, vuelves a sorprenderte con el nuevo resultado. Eso es muy bueno.

      Me encanta el piso de Iris Apfel, como me encanta ella. Su casa está repleta de color, estilos diferentes y cosas bonitas, lo cual aplaudo. Publiqué un post sobre ella hace tiempo.

      http://misgalgasyoy.blogspot.com.es/2012/07/asociacion-de-ideas-gafas-e-iris-apfel.html

      Muchas gracias!

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    4. Anda! no me había dado cuenta de que ya habías tratado el asunto, soy un visitante ocasional. Lo que me intriga de los interiores de Iris es que consigue que una amalgama enorme de diferentes colores y texturas resulte en una composición equilibrada que realmente no satura. Pero claro, para lograr esa sabiduría hay que ser un genio de unos ciento cincuenta años como ella.
      Te juro que me estoy riendo con la ironía de que después de defender el exceso más barroco te las hayas tenido que ver con una mudanza interminable.

      Veo que desde la última vez que me pasé por aquí has añadido a Jessye Norman al playlist. Que grande esa mujer, que voz portentosa. No veo en esta (también interminable) lista de discos a pie de página su versión de las cuatro últimas canciones de Strauss dirigidas por Kurt Masur. Para cualquiera que lea esto; imprescindible.

      En fin, un abrazo.

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    5. Tranquilo, no tenías que saberlo. Ni yo mismo sé ya que cosas he escrito y publicado. Me sorprendo continuamente descubriendo posts del pasado. Incluso muchos, bastante recientes.

      Iris Apfel tiene talento, eso salta a la vista. Hay personas que son especiales con las matemáticas o la repostería, mientras otras tienen una habilidad especial para mezclar cosas y colores de forma magistral. El talento, para lo que sea, se tiene o no se tiene. Yo aprecio los colores y la mezcla de ellos o diferentes tonos, por eso las casas blancas me parecen como sin decorar. Y ello puede chirriar o saturar a muchas personas, pero para otras, como yo, es algo necesario. Yo miro mucho a mi alrededor y observo mucho también, ya sea en la calle o en mi casa y por ello, disfruto estar rodeado de cosas y colores. Es inevitable.

      Y sí, es especialmente traumática y problemática, una mudanza en mi situación. Tratas de prescindir de cosas y te deshaces de muchas sabiendo que es inevitable y que te arrepentirás muy pronto. El colocarlas de nuevo, es también un reto que se puede disfrutar. Todos mis cuadros no caben en el nuevo salón ni en los pasillos, por lo que estoy colgando bastantes en el baño. y saturandolo también de cosas bonitas a las que mirar. Disfruto colocándolo todo en lugares nuevos y diferentes.

      Y sí, Jessye Norman posee una voz prodigiosa y portentosa como no muchas. He añadido esa preciosa pieza de Purcell, por tristes motivos. Me encanta la música de estilos muy diferentes, como puedes ver en mi playlist. Soy ecléctico en eso. Desde Doris Day a Marilyn Manson, aunque también hay mucha música, demasiada, que no soporto. Aprecio a la Norman mucho, pero, siento escandalizar, no tanto a Strauss. De todas formas, no sé si por ella, es cierto que esas canciones suenan de manera sublime. Muchas gracias por sugerirlo.

      Gracias también por tus comentarios.

      Abrazos.

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  4. Lindas​ fotos! Hace rato no escribes... Hace falta escucharte :)

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    1. Te pido disculpas por el retraso también a ti, Aleja. Ya he dicho un poco más arriba que estas semanas he estado muy ocupado con la nueva mudanza y espero volver pronto a la normalidad, si es que eso es posible en mi vida. Trataré de publicar un nuevo post cuanto antes, aunque solo sea por ti :-)

      Y es muy halagador que me digas eso de que hace falta escucharme. No deja de sorprenderme. ¡Mil gracias!

      Besos.

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  5. Hola Susana. Perdóname tú también el retraso en contestar. No soy yo mismo, en estos tiempos. Ni siquiera sé si lo eras en los anteriores, pero estoy tan absorto con el tema del nuevo piso que tengo abandonadisimo el blog.

    Yo no me obsesiono con la limpieza, aunque me encanta verlo todo impecable cuando me decido a limpiar un día.

    Te entiendo. Nosotros nos hemos mudado con todos nuestros libros, cd's, dvd's, cuadros y demás trastos. Aunque nos hemos deshecho de bastantes cosas, no hemos sido capaces de dejar atrás muchos muebles que ya son antigüedades, que hemos intentado vender, sin éxito ninguno, pues parece que a la gente un mueble que no lleve un nombre en sueco en una pegatina, ya no interesa. Y me alegro de conservarlos, pues quiero mucho a mis posesiones. Siento que no hayas podido conservar tus tesoros. Yo ya estoy decorando como puedo esta nueva casa. Es más reducida, pero aunque esté todo más apretado, sigo rodeado de mis cosas y me divierte también, ubicar muchas cosas en lugares diferentes, como colgar en el baño y la cocina, un montón de cuadros que no me caben en el salón o los pasillos.

    Dicen que todo cambio es bueno, Susana. Esperemos que sea así y pronto sonriamos en nuestras respectivas casas.

    Muchas gracias y reparte besos.

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  6. Ahora que lo dices... sí que parece que esté siendo abducido por el sofá :-)

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