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lunes, 3 de abril de 2017

Arte, un gato de Picasso y unos tacones

The Connoisseur, por Norman Rockwell



Yo ya no me dejo impresionar por nada. Bueno, por lo que realmente me merece la pena, sí. A pesar de ser muy inseguro, en muchos aspectos, e incluso indeciso y multitud de cosas más, hay asuntos que tengo muy claros y uno es el de mis gustos. No se trata de opiniones (ese podría ser otro tema), si no de gustos. Me vuelve loco el arte, pero como todo en mi vida, solo aquél que me gusta mucho. Desprecio sin miramientos todo aquello que se denomina arte, si a mí no me interesa y casi siempre tiene que ver con el arte moderno o contemporáneo. Soy de los que prefieren visitar El Prado al Reina Sofía o el Thyssen. Y por supuesto, me indigno mucho en Arco. Aunque hay autores actuales que me gustan mucho, debo de pertenecer a otra época y considero muy moderno a Picasso, por supuesto. Y siento escandalizar, pero no me interesa nada la obra de ese ilustre artista. Pondré un ejemplo para mí muy gráfico; este gato atrapando un pájaro, pintado por él.




Los gatos son unas de las criaturas más bonitas que existen y ese gato de Picasso, es feo de cojones. Su cara, esas patas que parecen troncos apuntalando una fachada, esas uñas, ese pobre pájaro... El cuadro entero, es feo de cojones, perdónenme. La línea, el estilo, el color... todo muy feo. Parece un gato pintado por un ser muy primitivo y con poco talento artístico. O así me lo parece a mí. Ningún esfuerzo en lograr algo bonito. Parece pintado en veinte minutos y por alguien que no sabe dibujar. Ya sé que en el arte moderno no es necesario crear algo bonito y no hace puta falta saber dibujar, aunque Leonardo se revuelva en su tumba, al enterarse de ello. Con lo preciosos que son los dibujos y bocetos de cualquier pintor clásico.


Boceto de Herbert James Draper,
uno de mis pintores favoritos, 
para su obra "El pez volador".


Y dos bocetos también de Draper, para "El lamento por Ícaro"


Esto me deja tan boquiabierto,
como me irrita ese gato de más arriba.
Hasta tengo una reproducción en mi casa




¿Cual es el fin del arte? ¿Qué se debe considerar arte? ¿Que obra artística debe ser más valorada, apreciada o considerada que otra? Todo es relativo y depende del gusto y la opinión personal de cada uno. Y de la misma manera que todos tenemos un agujero en el culo, todos tenemos una opinión. Yo no soporto las cosas feas y ese cuadro del gato, lo es y mucho. Es una de las cosas más feas que he visto en mi vida. Y no quiero mirar a ese animal más de diez segundos, que ya es más tiempo del que necesito, para darme cuenta de lo mucho que me horroriza. Si tengo que disfrutar con una pintura con gatos, denme una de Horatio Henry Couldery, por ejemplo.




Estos gatos retratados, hacen justicia a la belleza felina. Da gusto verles. Son preciosos y apetece acariciarles, pues hasta su pelo incita a ello. Esta pintura sí me gusta mirarla. Ya sé que muchos me dirán que Picasso es Picasso y mucho más importante que ese tal Couldery, pero no para mí, perdónenme, como tampoco es en absoluto importante para mí, la filmografía de Lars Von Trier y ahí está, tan valorado por muchos. Yo ya no estoy para tonterías ni para adorar a gente que creo que no lo merece, mire usted. En ese retrato de tres gatos observando los peces, se ha captado perfectamente su belleza y en el Picasso, no. ¿Qué este retrato de res gatos no aporta nada nuevo y el de Picasso sí? Me importa una mierda que se aporten cosas nuevas al arte, si están lejos de representar algo relacionado con la belleza. Ustedes no sé, pero yo al arte, lo primero que le pido es belleza. Y sé que el arte debe evolucionar, innovar, cuestionar, denunciar y muchas cosas más, pero yo tampoco lo necesito. Monet pintaba como lo hacía, por su negativa a ponerse gafas. Le parecía un disparate ponérselas, pues según sus propias palabras, si lo hacía: "¡Estaría loco! ¡Pintaría como Bouguereau!". 


La Pietá de Bouguereau


Supongo que el ser corto de vista, en cuanto a creación artística, te debe de dar categoría, además de talento, según Monet y los críticos. Prefiero un Bouguereau a un Monet, lo digo sin pudor alguno. Y me molesta el desprecio de Monet hacia él, todo por que Bouguereau fuera clásico, figurativo, se esmerara con las pinceladas y Monet no.


Y que conste, que este Monet me gusta, a pesar de todo


Yo no puedo dibujar, como lo hacía hace años, pues mi vista a mutado dramáticamente. Antes, sin gafas veía de maravilla, cualquier cosa que estuviera cerca de mi nariz. Mis dibujos los realizaba sin ningún problema de visión. Ahora es imposible. He de ponerme gafas de seis dioptrías, si quiero trazar una línea correctamente. 




Quizás debería, ahora que mi vista es traicionera, iniciar una carrera artística, pintando. Puede que el no ver correctamente, te convierta en alguien digno de tener en cuenta, como a Monet. Y no soporto que se desprecie a artistas como Bouguereau, por supuestamente, no aportar mucho a la historia del arte, aunque para mí sea capaz de lograr tanta belleza.


Dante y Virgilio en el infierno.
De Bouguereau, por supuesto. 
Nótese que está pìntado por alguien con buena vista.



Bouguereau posee un estilo tan personal como inconfundible. Y tanto talento, como para merecer mi gran interés en su obra. Seguro que Basquiat o Pollock aportaron algo importante a la historia del arte, pero como ese jodido y feo gato, no para mí.

Creo que, al margen de otras cuestiones, insisto, el arte debe de manifestar belleza, dejar pasmado y emocionar, de la manera que sea. Al menos es lo que me provoca a mí, un cuadro o escultura que me gusta mucho nada más descubrirlo. Miren ustedes esta pintura que yo ni siquiera conocía, hasta hace dos días.


Edipo y la esfinge, de François-Émile Ehrmann

Me entusiasma. Me gusta mucho todo lo que aparece ahí, desde el paisaje de fondo a esa zarpa amenazadora o las plumas turquesa de las alas de la esfinge. Y lo maravillosamente que está dibujado. Me gusta mucho más, esta sola imagen, que la obra completa del señor Picasso, aunque por supuesto, este pintor esté lejos de ser valorado y apreciado como Picasso.

Si buscamos un tema al azar como puede ser la muerte de Hipólito, las muestras que encontramos en pintura, son dignas de verse y admirarse. Tres ejemplos.


Rubens

Octave Tassaert

Alma Tadema


Desbordan belleza, drama, creatividad y talento. Impresionan. Un siniestro gato de Picasso, no. Como hay drama, creatividad y belleza, en el dormitorio de Malmaison, de la emperatriz Josefina.


Comparenlo con un dormitorio comprado en IKEA.
Ese es el mismo efecto que me causa el arte moderno,
cuando lo comparo con lo que realmente me gusta,
en arte de otros siglos 


Alguien me dijo, hace años, ante mis críticas al arte moderno, que yo debería evolucionar. Le contesté que precisamente por haber evolucionado, pienso lo que pienso y no trago con ruedas de molino. 

Es como en la moda, que parece que mis gustos no se corresponden a los de la mayoría. Unos admiran a Calvin Klein o Jill Sanders, que a mí me producen hipotermia, pero alguien como Lacroix, que yo he adorado desde sus comienzos, parece proscrito y desaparecido del mapa.






Y hablando de moda, veo un desfile de Dsquared² en YouTube y me llama la atención que en sus comentarios, muchos opinen que no les han gustado nada las botas de los modelos. Yo creo que no se trata de las botas, si no de que esas botas las lleven chicos (Cuando hay muchas fotos de algo, no sé elegir solo dos, perdónenme). 











Yo, a pesar de ser muy mayor, lo veo de lo más natural y no me choca nada. Quizás sea por ello, por ser mayor, por lo que no me sorprendan ciertas cosas. He crecido en los 70 y los más modernos llevaban calzado semejante y he visto a Bowie y demás gente importante, con altos tacones. 





Hasta científicos de renombre, como Frank-N-Furter, llevaban tacones y plataformas, por lo que me parece más natural, que el atuendo de Mariano Rajoy, mire usted. 





E incluso me parece que dan una imagen más viril que muchos con traje, corbata y zapato plano (Rajoy incluído). Y como a las chicas, realzan las piernas muchísimo.

James Whiteside, del  American Ballet Theatre,
demostrando que es verdad


Y pensando en la arquitectura actual, opino que se crean edificios en la actualidad, dignos de admirar, pero abundan también tantos horrores, que uno no puede evitar mira de nuevo hacia el pasado, si quiere quedarse boquiabierto.


El edificio Chrysler, por supuesto


Me gusta lo que me gusta en arte, música, cine, literatura o moda y para bien o para mal, ello hace que yo sea como soy. Mis gustos me definen, con todos los defectos y todas las virtudes. Y no soy arrogante, aunque pudiera parecerlo, simplemente estoy muy harto de que se cuestionen mis gustos u opiniones y ya no me dejo impresionar, por nada que no me merezca la pena. Picasso incluído. 




Solo me descubro ante cosas realmente bonitas, que al final, es lo que importa. No creo en el amor y difícilmente en la amistad, por lo que casi solo me queda admirar la belleza.
















Y por si a alguien le interesa, les dejo el vídeo del desfile de Dsquared2, para comprobar como algunos modelos caminan con gran soltura, a pesar de los altísimos tacones.


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