¡Que placer supone ver ciertas películas!

Yo, como en música o arte, en cine soy muy ecléctico en mis gustos (bueno en arte tal vez no tanto). Me gusta el cine que me hace reír, llorar, me emociona o me hace disfrutar, ya sea un musical, una de película de terror, una comedia o un melodrama. No me importan las críticas, es más, me irritan sobremanera las críticas. No me va a gustar una película porque alguien que no conozco me diga que es genial, si a mí me hace bostezar. Y al revés, películas que se cargan despiadadamente los críticos, a mí me encantan. Por mí, los críticos podrían extinguirse. ¿Quien se cree con el derecho, suficiente cerebro y arrogancia para decirme que película debe o no, emocionarme a mí? Un crítico tiene una opinión, la suya. Yo tengo la mía, y mi criterio, que debe decirme si disfruto o no con una película. No necesito que ningún desconocido me diga si es buena o mala. Ya lo veré yo. Y hay, además, películas que soy consciente que son malas, pero a mí me parecen joyas por lo que me hacen disfrutar. Lo cual, suena incongruente, pues si me encantan, para mí no pueden ser malas.

Ya estoy divagando. El caso es que he visto una película que me ha gustado muchísimo: "Agua para elefantes".

Está protagonizada por los carismáticos Reese Witherspoon y Robert Pattinson. Carismáticos y con gran talento. Ella con Oscar y él trabajando ya con David Cronenberg, lo que hará que sea tomado más en serio por algunos ciegos. Además está protagonizada por Christoph Waltz, también ganador de un Oscar y 27 premios más por su papel en "Inglourious Basterds".  Y dirigida por Christopher Lawrence ("Soy leyenda", "Constantine").

La historia transcurre en un circo, pero no es una historia de circos. No me gustan los circos, como no me gustan los zoos. No me gusta ver animales confinados en cárceles. Es un melodrama que transcurre en un circo en 1931, en plena Gran Depresión. Es un melodrama como los que ya no se hacen, lleno de pasión, romance, emoción, violencia e incluso tensión y terror, pues me ha mantenido más tenso y aterrorizado hasta la impresionante escena final, que muchas películas de miedo. Con un personaje malo, malísimo, que complica la vida a los buenos, como suele suceder en la vida. Y con una historia paralela, o tal vez no tanto, pues ese detalle desencadena el drama, de amor, compasión y respeto hacia los animales.

Jacob (Pattinson) un estudiante de veterinaria, se encuentra repentinamente huérfano y solo en el mundo. De forma casual, encuentra trabajo en un circo regentado por August (Waltz). Entre Jacob y la mujer de August que además es la estrella principal del circo, Marlena (Witherspoon), se iniciará una relación desencadenada por la trágica muerte de uno de los caballos del número de Marlena y luego por su mutua compasión hacia Rosie, una elefanta.  A partir de ahí, se desarrollará la historia de amor, tensión, horror y drama.

Es tremendamente emotiva, por todo el drama que transcurre a lo largo de la historia y me ha hecho feliz verla. Me he levantado de un salto de la cama al acabar, lleno de tensión acumulada y pensando que deberían hacerse más películas así. Pero puede que una vez más, yo tenga gustos raros. Además, la he disfrutado tanto, tanto, que se me ha hecho cortísima.

Pattinson con Uggie

Richard LaGravenese, guionista también de películas como "Los puentes de Madison" o "Living out Loud", las cuales, también me encantan, es el guionista de "Agua para elefantes", basado en el best seller de Sara Gruen.

Este es el trailer:





Y de regalo, una escena que no me canso e ver de "Living Out Loud". ¡Sube el volumen!: