El obispo de Toledo, Cañizares,
vestido por John Galiano para Dior Haute Couture.
¿Que no?
"Me fascina vuestra necesidad de meter baza en los asuntos sexuales de la gente"
Copio de: http://www.elpais.com/
Esta es la carta que os dirige una simple mujer que, aunque no ha perdido el sueño de un país laico en el que ni vosotros, ni vuestros pares de cualquier otra religión, metan cuchara en la vida de los ciudadanos, y que, aunque ahora mismo no deja de canturrear el Himno de Riego por el pasillo de su casa... Pese a ello, y ni siquiera con este bagaje ético-estético a mis espaldas, puedo dejar de reconocer que:
¡Sois la bomba! Sois unos petardazos. Sois la falla. Sois el incendio de Roma. Sois la hostia.
Por el momento, dejadme seguir alabando vuestro sentido de, por ejemplo, la imitación. Como los asesinos de mujeres, o como los suicidas, que se entusiasman los unos a los otros al contemplar, al enterarse de lo que han hecho, los ayatobispos debéis de experimentar el gusanillo de la emulación, y os emuláis, pues, los unos a los otros, que da gloria, en las declaraciones sobre el sexo y las costumbres privadas. No falla nunca: sale un obispo, y poco después le refuerza un arzobispo. O declama un cardenal, y acto seguido saltan los coros de hombres píos.
Y COMO OS CALIENTA LA TEMATICA DE LA INTIMIDAD CARNAL. ¿Es porque no la catasteis? Porque no será por principios. De sobra sabéis que el dios que predicáis -el del amor al prójimo-, si existiera, os habría hecho butifarra hace ya un par de milenios.
Siempre me ha fascinado vuestra ansiosa necesidad, la compulsión que sentís de meter baza en los asuntos sexuales de la gente. ¿Es vuestra forma de practicar el sexo? ¿Es vuestra versión del sexo oral? Posiblemente, pero debo deciros que resulta repugnante enfocar -aunque la prefiero a que os entreguéis a la pederastia, otro efecto contagio que os posee demasiado a menudo-, por ejemplo, un primer plano de los labios del obispo de Tarragona cuando, con sumo deleite, anatematiza a los gays, y se complace en negar derechos a las mujeres, y en hablar de partos -vosotros: ¡de partos!-, y en tratar al hombre (al tradicional suyo, no al verdadero: tranquilos) de chiquitín de la casa. Por todos los demonios, qué espectáculo tan asqueroso. Unos delgados, yertos, estériles labios opusinos, hablando de las cosas de la vida.
¿DONDE OS EDUCAN, de dónde salís? ¿En qué criadero os reproducís, criaturas mutantes que constantemente camináis hacia atrás, que os refociláis en el tenebrismo y que sólo entendéis el sacrificio de cintura para abajo y de libertad para arriba? ¿En qué lugar de vuestro organismo os colocan el resorte que hará que saltéis una y otra vez -retrocediendo, simultáneamente, a la oscuridad de los tiempos- para contarnos lo que opináis -vosotros, seres ociosos y empingorotados- de nuestras formas de vida? ¿Acaso el mecanismo se encuentra entre vuestras piernas, de ahí que os avise, con la frecuencia de la frustración, cuando oteáis que otros satisfacen su cuerpo de espaldas a vuestros anatemas?
Ésta es la carta que os dirige una mujer. Una simple mujer que ejerce el derecho a tutearos esgrimiendo, como razones, esos 13.266.216,12 euros que, durante todo este año, el Estado entregará mensualmente a la Iglesia católica, "a cuenta de la cantidad que deba asignar a la Iglesia por aplicación de lo dispuesto en los apartados uno y dos de la disposición adicional decimoctava de la ley 42/2006, de 28 de diciembre, de Presupuestos Generales del Estado para el año 2007", según se determina en el Boletín Oficial del Estado número 315, del 31 de diciembre de 2011.
O sea: 13 millones, más un cuarto de millón, más 16.000, más 216 euros, más 12 céntimos. Al mes. De nuestros impuestos.
Buuf, me tocan este tema obispal y combustiono. Y mira que a veces lo pienso fríamente y yo no debería criticar tanto, pues de alguna manera,la Iglesia me da de comer. Trabajo como diseñador gráfico para el Museo y la Catedral de Pamplona, y lo que me pagan viene directamente de manos del arzobispado. Pero eso ni quita ni pone para que me entren los siete males cuando abren la boca para soltar la sarta de estupideces que dicen, criticando todo lo que ellos consideran moralmente impuro, impío, peligroso y y perjudicial para el ser humano en su relación con Dios. Y venga a atizarle a los divorciados, a los gays, a las madres solteras, a los que quieren morirse en paz, a los que quieren ser funcionarios o a los que escribimos con la mano izquierda. Son cansinos, son metiches, son egoistas y me dan mucho asco. No puedo meter en este mismo saco a todos los religiosos porque hay mucha gente buena en este colectivo, que no piden nada a cambio de su buena fe, de su duro trabajo y de su vocación. Pero estos gerifaltes que supuestamente deberían dar ejemplo son una escoria en nuestra sociedad. Y a Monseñor Cañizares no puedo ni verlo, porque cuando era arzobispo de Toledo era lo peor...solo había que ver el palacio arzobispal en el que vivía, con chofer, cocinera y cochazo en la puerta...viejo asqueroso!! Me callo ya, que me enciendo!!
ResponderEliminarEl que lo que tú ganas, venga del arzobispado, como tú dices, ni quita ni pone.
EliminarEsta gente vive en la oscuridad. Viven en otro siglo. Si por ellos fuera, iríamos todos a la hoguera. Todo les parece mal. No evolucionan y como tú dices, son egoístas, irrespetuosos e incluso siniestros. Más vale que se preocuparan de las enormes vigas que tienen en sus ojos y no de la paja del ojo ajeno. Viven como reyes. En esta época de crisis, deberían predicar con el ejemplo. Para ellos no existe tal crisis. La sufrimos los demás. Se recorta dinero de todas partes, menos de esta gente, bancos, toros y caza. Vergonzoso. ¿Que estará pensando Dios?
Gracias, Alber.
Abrazos.