Hace unos días, al despertarme, tuve razones para entristecerme tremendamente y luego, para mi sorpresa, alegrarme mucho. Primero me enteré de que que el pobrecito perro de Errentería, que habían encontrado en un contenedor de basura, después de haber sido cruelmente rociado con ácido, no había salido adelante y había muerto.
Vivimos rodeados de muchísima gente. Gente buena y mucha, demasiada, gente mala e incluso terriblemente siniestra. La gente buena es un placer conocerla, una bendición y siempre hace pensar que así deberían ser todos los que nos rodean. Los malos, nos joden la vida. Ya sea haciendo que tus días sean difíciles, privándote con sus actos, del sueño, escupiéndote en la calle, incendiando media España, gobernando el país o maltratando y asesinando inocente animales más nobles de lo que ellos nunca habrán soñado ser.
Lo que le han hecho a ese pequeño perro, merecería el peor de los castigos, aunque muchos crean, injustamente, que la vida de un perro no es gran cosa como para poner el grito en el cielo. Yo creo que lo que no vale ni un cartucho de escopeta, es la vida de un galguero asesino. También merecen el peor de los castigos quién hace sufrir a otra persona y de ello, su vida un infierno, o el que creyéndose muy macho da de hostias a diario a su mujer e incluso llega a acabar con su vida. Y los gobiernos criminales y los que prenden fuego los campos españoles cada verano, acabando con multitúd de hectáreas de naturaleza y fauna.
Por no hablar de vidas humanas, casas o refugios de perros y gatos abandonados donde mueren abrasadas todas esas criaturas maltratadas, abandonadas, rescatadas y que esperaban, como sus salvadores, conseguir una vida futura mejor.
La vida no sólo es muy injusta, además es una mierda. La gente mala posee una habilidad prodigiosa en conseguir que aún sea peor. Sus actos son tan despreciables como absurdos e injustos. La gente mala nos jode la vida. No sé si algún día pagarán por ello. Me cuesta creerlo. Por muy negro que sea su karma, dudo si serán castigados por ello. No hay justicia justa, ni legal ni divina.
Minutos después de enterarme de que esa pobre criatura de Errentería había muerto, recibo, en el blog de las difusiones para perrillos necesitados, en un concreto post, donde se hablaba de Tom, un perrito abandonado de tres meses y se leía: "Anoche una compañera se encontro este chiquitin en el parque corriendo detras de todos y de NADIE..."
Recibo, decía, este comentario:
"Hola!
Sólo quería comentar que Tom está felizmente adoptado desde julio y vive ahora en Tarragona con otra perrita de tres años y medio. Gracias a tu blog he podido encontrar este perrito maravilloso :)!"
Por supuesto, esa última frase he tenido que leerla tres veces para convencerme de que lo que creía entender era lo que se quería decir. Después, me he alegrado enormemente. Gracias a mi blog, ese perrito maravilloso, había sido adoptado. Esa frase ha sido la que siempre he querido leer desde que copié y publiqué el primer post. Siempre he querido creer que alguno habría encontrado a una familia digna de él, aunque no me lo hubieran comunicado nunca.
Pero también, cada día al difundir posts de casos tan tristes, me he sentido muy desmoralizado por plantearme si serviría de algo. Cuando creé el blog, pensé que si al menos uno de todos los que ahí difundiría, encontrara adopción, me daría por contento. Y así ha sido. Sólo espero que haya servido para encontrar familia a alguno más, aunque nunca se hayan puesto en contacto para decírmelo.
Pero parece que lo bueno no dura, después de una alegría, vuelve la tristeza y otra vez la indignación. Como este caso de Corcha, otra criatura en estado muy grave y a la que también, salvajemente, se le ha maltratado y torturado con ácido.
Yo estoy hasta el mismísimo culo, de la gente mala que nos rodea. Ya sean dementes que torturan perros inocentes, o galgueros que ahorcan galgos como quien se deshace de la basura, sádicos toreros, pirómanos cabrones, crueles ministros y gobiernos, que para colmo subvencionan con 600 millones de euros al año a la tauromaquia, cuando recortan de todo o le ponen a las facturas del veterinario el mismo IVA que a las discotecas (¡Desalmados!). Por eso, me ha encantado que Eva Longoria haciendo campaña para Obama diga lo que yo ya estoy harto de decir aquí.
"Mitt Romney aumentaría los impuestos de las familias de clase media, para recortar el suyo y el mío. La Eva Longoria que trabajó en Wendy's friendo hamburguesas, necesitó un recorte de impuestos" (ovación del público) "Pero la Eva Longoria que trabaja en sets de rodaje de películas, no".
Pero allí y aquí, en este país, aún hay demasiada gente que no se entera.
Y también estoy muy harto de poner aquí estas fotos tan dolorosas, de criaturas inocentes tan injustamente tratadas, pero por desgracia, sigue haciendo falta mostrarlas. Todo porque abundan las malas personas y no existe justicia, ni educación ni empatía hacia estas víctimas.
No nos dejan ni disfrutar de las pocas alegrías. Aunque yo seguiré alegrándome mucho por haber colaborado en la adopción de Tom. Bendito sea. ¡Y tabién quien le adoptó!