"Gira y gira, damas y caballeros, niños y niñas,
por el estallido del látigo contra las heridas
de punzadas del animal.
Un gran aplauso para los aros en llamas,
las heridas y las descargas eléctricas.
Ven a ver el célebre número de jaulas
y cadenas firmemente apretadas,
para impedir escapar de interminables
sesiones de adiestramiento.
Ríe, aplaude y disfruta con las repetitivas coreografías
típicas de animales deprimidos bajo un gran strés.
Toda la diversión del circo viajando de ciudad en ciudad,
exhibiendo animales como caricaturas humanas.
Hacer el payaso no es divertido en absoluto".
Los circos suelen ser conocidos por ser un gran entretenimiento, una diversión para los niños con malabaristas, payasos y animales salvajes en el cumplimiento de una serie de encantadoras habilidades.
Sin embargo, en medio de tanta magia, nos olvidamos de que los animales empleados son prisioneros forzados a una mera conducta antinatural y con frecuencia han de realizar actos que está demostrando, son muy dolorosos.
La vida de estos animales ya no es libre, en espacios grandes y salvajes, y se convierten en tristes y aburridos. Son sometidos a prácticas extremadamente crueles para ser capaces para realizar los conocidos trucos que nos impresionan tanto. Látigos, agujas electrificadas, cadenas, entre otras herramientas, se utilizan para obligarles a ello.
Los grandes felinos son encadenados alrededor del cuello para provocar una sensación de tensión debido a la asfixia. Las patas delanteras de los Osos se queman para obligarlos a mantenerse sobre sus patas traseras con el fin de adquirir la actitud esencial para la tarea que realizan.
Aparte de lo específico a cada animal, de acuerdo con el objetivo de la acción, también existe una terapia de choque, que consiste en la paliza continua por periodos de varios meses.
Se consigue así, en los animales sentimientos de pánico y terror hacia el entrenador, para evitar cualquier desobediencia y dudas en sus acciones.
La consecuencia son comportamientos psicóticos, como golpear la cabeza con las barras de las jaulas y constante rotación sobre sí mismos hasta el agotamiento. Las lesiones resultantes son raramente tratadas.
Al ser el circo, un espectáculo itinerante, los animales se enfrentan a largos viajes en sus tristes habitáculos, heridos, hambrientos y debilitados por los cambios climáticos repentinos.
¿Aún sigues pensando que es divertido ver realizar actos antinaturales a los animales en el circo?