Mrs. Robinson. ¡La buena!
En 1967 la brillante Anne Bancroft dió vida a Mrs. Robinson, en la película El graduado. Su personaje, una aburrida mujer madura, seducía a un joven interpretado por Dustin Hoffman. La realidad supera la ficción. La Primera Dama de Irlanda del Norte, Iris Robinson, esposa del primer ministro Peter Robinson, ha sido objeto de escándalo al descubrirse que ha estado liada con un joven de 19 años, Kirk McCambley, el cual, al ser casi 40 años más joven que ella, podría ser su nieto.
La Mrs. Robinson repugnante.
Kirk. El joven seducido.
Además tuvo, que se sepa, relaciones con otros dos hombres, uno de ellos, el padre de Kirk, al que prometió antes de morir, cuidar de su hijo. Por lo que podemos ver, lo hizo a conciencia.Yo con estas cosas, no moralizo. Lo vergonzoso es que la Primera Dama Mrs. Robinson, si lo hace, y del modo más cicatero y fariseo.
Esta individua es devotísima, fundamentalista, ultrareligiosa, ultraconservadora y ultrahomófoba. Es decir: Muy peligrosa.
Al día siguiente de que su marido fuera nombrado Primer Ministro de Irlanda del Norte y la misma semana en que un homosexual fué brutalmente apaleado en Belfast, en un ataque homófobo, ignoró las leyes británicas que protegen la no discriminación por razones de sexo, y eligió refugiarse en la Biblia para condenar al homosexual: "La homosexualidad es una abominación". Apelando a los versículos del Levítico, que proclaman: "Y cualquiera que tuviese ayuntamiento con varón como con mujer, abominación hicieron; han de ser muertos..."
"No puedo pensar en algo mas enfermo
que el abuso a un niño.
Es comparable a las relaciones
homosexuales".
¿Que debería pensar entonces, de los curas
pederastas de la iglesia que ella venera?
Por las fechas en que hizo esas declaraciones sobre la Biblia, ya estaba liada con el joven Kirk. Ignorando entonces, lo que el Deteronomio advierte: "Si se encuentra a un hombre acostado con una mujer casada, los dos morirán..."
Si recurres a la Biblia para imponer y condenar un comportamiento, ¡Has de ser consecuente y predicar con el ejemplo! Cosa que tampoco hacen los curas. Y en cualquier caso, en un estado democrático laico, ningún político tiene derecho a imponer sus prejuicios ni sus ideas religiosas. La Mrs. Robinson interpretada por Anne Bancroft, era honesta, no moralizaba y consecuente con lo que hacía.
Además, tuvo la poca vergüenza de reprochar a Hillary Clinton que perdonara las infedilidades de su marido. ¡ELLA! Es absolutamente repugnante que gente como ella, se sientan superiores, o más honestos, a la gente que ellos condenan.
Mrs. Robinson ha sido destituida de sus cargos y se encuentra en tratamiento psiquiátrico. Su marido, ha dimitido.