Compartir tu vida con un perro, es siempre un disfrute sin igual, o así debería ser, si amas a tu perro como lo que es, alguien único, noble, cariñoso y fiel hasta lo indecible. Dicen que por mucho que quieras a tu perro, él siempre te querrá mucho más a ti. Esa es una gran verdad. Nadie, absolutamente nadie, te amará como él.
Lord Byron, ataviado con el traje típico de Albania.
Un precioso retrato de Thomas Phillips de 1813.
Lord Byron, amaba a sus perros. Cuando murió de malaria, en Mesolongi, Grecia, le acompañaba su terranova Lyon. Su perro viajó con el ataúd de vuelta a Inglaterra. Hay un impresionante y precioso cuadro, que muestra ese momento.
"Lord Byron's Lyon" pintado en 1992, por Nick Hugh McCann
Antes de Lyon, Lord Byron que amaba a los animales, compartió su vida con otros perros e incluso criaturas de variadas especies. Tuvo de compañía a un zorro, monos, loros, gatos, un águila, un halcón, gallinas de Guinea, un cuervo, un tejón, gansos, una grulla egipcia y una garza. En su época de estudios en Cambridge, ocultó, debido a la prohibición de compartir las habitaciones con animales domésticos, a un oso.
En el epitafio que escribió en 1808, para la tumba de Boatswain, otro terranova que amó, antes de Lyon, y del que hablé en otro post, dijo:
Collar de Karo, otro perro que Byron tuvo en 1815
Era común en esa época, que los collares de los perros fueran
de diversos materiales metálicos, e incluso plata y oro,
que hablaban del estatus del propietario del perro
y protegían el cuello de los mordiscos de otros perros.
Otro collar de un pero de Lord Byron,
como se puede leer en la inscripción
En el epitafio que escribió en 1808, para la tumba de Boatswain, otro terranova que amó, antes de Lyon, y del que hablé en otro post, dijo:
"En este lugar, están depositados los restos de alguien que poseía belleza sin vanidad, fuerza sin insolencia, valor sin ferocidad, y todas las virtudes de los humanos, sin sus vicios".
Lord Byron, quiso, cuando llegara el momento de su muerte, ser enterrado junto a la tumba monumento de Boatswain, pero no pudo ser, debido a que el lugar cambió de propietario.
Newstead Abbey, en Nottinghamshire.
En el centro, puede verse la tumba de Boatswain
Boatswain
Lord Byron, paseando con Boatswain
Ahora recuerdo que yo iba a hablar aquí de borzois. Solo pretendía, antes de ello, explicar lo mucho que algunas personas queremos a nuestros perros y lo desoladas que dejan nuestras vidas, cuando desaparecen.
Compartir tu vida con un borzoi, es algo único y diferente. No estoy diciendo que valgan más que otros perros, solo que es muy diferente. Yo he tenido tres borzois, perros de otras razas, y también mestizos, y creo que los borzois, son unos perros tan peculiares como únicos. Ya solo su aspecto, es diferente.
Por cuestiones de desconocimiento, supongo, poca gente, poquísima, en la actualidad, piensa en un borzoi a la hora de tener un perro. Su gran tamaño, al ser una de las razas más grandes, también hace pensar erróneamente, que no es un perro para vivir en un piso. Muchos son los que siguen pensando, por ignorancia, que los galgos, al ser tan veloces, no son perros para vivir en un piso, cuando no hay raza más tranquila y que menos se haga notar en una casa, que los galgos. Duermen como gatos y a pesar de su tamaño, se acomodan en cualquier lugar. Yo comparto mi existencia, en la actualidad, con una borzoi, Tallulah, una galga, Lolita y un mesticillo, Margarito. Los tres en un piso de escasos 90 metros cuadrados.
Lolita y Tallulah, compartiendo mi cama
Mi Dimitri, de cachorrito
Y ya hecho un borzoi enorme
Mi precioso Nikolai, con cuatro meses.
Le quedaba poco de vida a la pobre criatura
He estado ojeando un libro inglés sobre borzois, que compré hace ya unos cuantos años, cuando llegó a casa Dimitri, mi primer borzoi. Su historia, la de los borzois, es tan fascinante, como ellos.
En este libro, son descritos como perros elegantes, aristocráticos, combinando el valor, con la fortaleza muscular y la velocidad. Los puristas, dicen que lo más importante de un borzoi, es la cabeza, si no tiene el cráneo apropiado, no es un borzoi. Bueno, mi Tallulah, tiene un ojo azul, lo cual puede causar también taquicardias y desmayos a esa gente.
Son diferentes a cualquier otra raza de perros, aunque comparten comportamiento con los afganos, salukis y galgos. La personalidad del borzoi es compleja, con al menos dos pensamientos opuestos corriendo por su cerebro en cada situación. Los borzois, deben ser educados con firmeza, pero también con delicadeza. No le puedes gritar a un borzoi, como a ningún tipo de galgo. Se quedarán absolutamente humillados. Son perros muy sensibles al trato duro.
Un borzoi, seguramente no te llenará la cara de lametones y no es muy efusivo en sus muestras de cariño, pero te adoran, se alegran de verte, al llegar a casa y cuando menos te lo esperas, se subirán a la cama y se tumbarán encima de ti, como si de un gato se tratara, acercando su cara a la tuya, esperando que le abraces. Incluso ronronean como los gatos, cuando se sienten a gusto junto a ti. Y despertarse abrazado a un borzoi, es una experiencia única. Lo es, con cualquier perro, pero supongo que por el tamaño y el deseo de pegarse a ti, cuando suele parecer distante, es muy especial. Por no hablar del tacto de su pelo finísimo y sedoso.
Los cachorros que se han criado con niños, son tolerantes e incluso cariñosos con ellos, pero la mayoría de los borzois, prefieren evitar el contacto con niños. No les gusta su alboroto ni los movimientos bruscos e impredecibles. Ningún borzoi tolerará el mal comportamiento de un niño. No es que se porten de forma violenta o agresiva, simplemente, se alejarán, evitándolos. Lo he comprobado con los míos.
En este libro, son descritos como perros elegantes, aristocráticos, combinando el valor, con la fortaleza muscular y la velocidad. Los puristas, dicen que lo más importante de un borzoi, es la cabeza, si no tiene el cráneo apropiado, no es un borzoi. Bueno, mi Tallulah, tiene un ojo azul, lo cual puede causar también taquicardias y desmayos a esa gente.
Y por lo que a mí respecta, ella posee el más admirable de los cráneos
Son diferentes a cualquier otra raza de perros, aunque comparten comportamiento con los afganos, salukis y galgos. La personalidad del borzoi es compleja, con al menos dos pensamientos opuestos corriendo por su cerebro en cada situación. Los borzois, deben ser educados con firmeza, pero también con delicadeza. No le puedes gritar a un borzoi, como a ningún tipo de galgo. Se quedarán absolutamente humillados. Son perros muy sensibles al trato duro.
Un borzoi, seguramente no te llenará la cara de lametones y no es muy efusivo en sus muestras de cariño, pero te adoran, se alegran de verte, al llegar a casa y cuando menos te lo esperas, se subirán a la cama y se tumbarán encima de ti, como si de un gato se tratara, acercando su cara a la tuya, esperando que le abraces. Incluso ronronean como los gatos, cuando se sienten a gusto junto a ti. Y despertarse abrazado a un borzoi, es una experiencia única. Lo es, con cualquier perro, pero supongo que por el tamaño y el deseo de pegarse a ti, cuando suele parecer distante, es muy especial. Por no hablar del tacto de su pelo finísimo y sedoso.
Los cachorros que se han criado con niños, son tolerantes e incluso cariñosos con ellos, pero la mayoría de los borzois, prefieren evitar el contacto con niños. No les gusta su alboroto ni los movimientos bruscos e impredecibles. Ningún borzoi tolerará el mal comportamiento de un niño. No es que se porten de forma violenta o agresiva, simplemente, se alejarán, evitándolos. Lo he comprobado con los míos.
Su origen es incierto y existen varias teorías, aunque se cree que es una raza que viene del siglo XIII. Al parecer, una de esas teorías, cuenta que un noble ruso se encaprichó de unos galgos que conoció en un viaje a un cálido país árabe. Llevó consigo a Rusia varios de ellos, pero obviamente, no soportaron el frío. Decidido a no renunciar a ellos, consiguió otros a los que cruzó con perros rusos de gran tamaño y pelo abundante, adaptado al clima. De ahí, según se cree, nacieron los borzois, de los que había varios tipos y de los que se originó el borzoi actual.
Ilustración de la serie que N. A. Martynow realizó,
de los borzois de la Corte Real (1874-79)
En Rusia, se convirtieron en los perros de la nobleza. Como ocurría también con los galgos en Europa. Es dramático comprobar que en la actualidad y desde el siglo XX, los galgos han caído, en general, en manos de las personas equivocadas, de gañanes insensibles, que lejos de adorarlos, como ya hacían los egipcios, los utilizan explotándolos, abandonándolos e incluso asesinándolos, cuando ya no les sirven como mera herramienta. Pero ya he dicho muy a menudo, que abunda la gentuza.
Los borzois, eran utilizados en Rusia para cazar lobos e incluso osos, pero además, se les apreciaba como seres muy valiosos.
En otras épocas, como también en las primeras décadas del siglo XX, en Europa y EEUU, los borzois se convirtieron en exquisitas criaturas adoradas como compañía y también fueron de gran inspiración para muchos artistas, así como representados en porcelanas y otros motivos decorativos.
Incluso, hace décadas, era frecuente ver como las estrellas de Hollywood se hacían acompañar y fotografiar con sus queridos borzois.
En la historia de los borzois, es célebre el Gran duque Nikolai Nikoláyevich Románov (nieto del zar Nicolás I, fue comandante supremo del Ejército Imperial ruso (1914-1915) y comandante del ejército del Cáucaso (1915), durante la Primera Guerra Mundial), al ser el más importante criador de borzois de la época.
De hecho, se dice que los borzois de la actualidad, descienden y existen gracias a los que él regaló a sus amistades de Europa, antes de la revolución Rusa. Durante dicha revolución, en 1917, los bolcheviques, casi acaban con los borzois. Al ser considerados parte de la nobleza y símbolos del poder Imperial, fueron aniquilados. Son dramáticas las historias que se cuentan.
Los borzois del Gran duque Nikolai, en Perchino, fueron asesinados a tiros y su casa demolida, solo por ser miembro de la familia Imperial y Comandante en Jefe del ejército ruso. Él consiguió escapar y exiliarse en Francia, pero algunos de sus sirvientes, fueron también asesinados, solo por ser los encargados de cuidar a los borzois del Gran duque. Otros nobles, poseedores de borzois, ante la imposibilidad de salvarlos, decidieron ordenar a sus sirvientes que los matasen, antes de caer en manos de los bolcheviques.
Aún así, algunos borzois escaparon con sus amos hacia el oeste, a Francia, Holanda y Alemania, en particular. El Dr. Wegeneger, un criador alemán, visitó Perchino, después de que el Gran duque Nikolai, huyera antes de que llegaran los bolcheviques y salvó algunos de los borzois. Uno de ellos, fue Asmodey Perchino, un borzoi de gran importancia en el resurgimiento de la raza en Europa, después de la Primera Guerra Mundial.
El príncipe Yusupov, con un borzoi
En otras épocas, como también en las primeras décadas del siglo XX, en Europa y EEUU, los borzois se convirtieron en exquisitas criaturas adoradas como compañía y también fueron de gran inspiración para muchos artistas, así como representados en porcelanas y otros motivos decorativos.
"A Lady of Quality" (Una dama distinguida)
por William Frank Calderon
"Constance Shepherd y su borzoi"
pintado por Robert Sauber
Pintura de Jean-Léon Gérôme
Sarah Bernhardt retratada por George Clairin
"Invierno" por William P. Welsh
La emperatriz Sissi, con su borzoi
"Diana cazadora" de Alberto Vargas
Incluso, hace décadas, era frecuente ver como las estrellas de Hollywood se hacían acompañar y fotografiar con sus queridos borzois.
Pola Negri
Mary Pickford
Olivia de Havilland, en dos fotografías
Ethel Barrymore
Greta Garbo
Mae West
Y han sido también, maravillosos modelos en reportajes fotográficos en multitud de revistas. Les sobra fotogenia. Y elegancia.
Lisa Fonssagrives fotografiada para VOGUE en 1950
Linda Evangelista, con borzois
Snoop-Dogg en la portada de L'UOMO VOGUE
Scarlett Johansson fotografiada por Mario Sorrenti
para VANITY FAIR
En la historia de los borzois, es célebre el Gran duque Nikolai Nikoláyevich Románov (nieto del zar Nicolás I, fue comandante supremo del Ejército Imperial ruso (1914-1915) y comandante del ejército del Cáucaso (1915), durante la Primera Guerra Mundial), al ser el más importante criador de borzois de la época.
Nikolai Nikoláyevich Románov
De hecho, se dice que los borzois de la actualidad, descienden y existen gracias a los que él regaló a sus amistades de Europa, antes de la revolución Rusa. Durante dicha revolución, en 1917, los bolcheviques, casi acaban con los borzois. Al ser considerados parte de la nobleza y símbolos del poder Imperial, fueron aniquilados. Son dramáticas las historias que se cuentan.
Los borzois del Gran duque Nikolai, en Perchino, fueron asesinados a tiros y su casa demolida, solo por ser miembro de la familia Imperial y Comandante en Jefe del ejército ruso. Él consiguió escapar y exiliarse en Francia, pero algunos de sus sirvientes, fueron también asesinados, solo por ser los encargados de cuidar a los borzois del Gran duque. Otros nobles, poseedores de borzois, ante la imposibilidad de salvarlos, decidieron ordenar a sus sirvientes que los matasen, antes de caer en manos de los bolcheviques.
Aún así, algunos borzois escaparon con sus amos hacia el oeste, a Francia, Holanda y Alemania, en particular. El Dr. Wegeneger, un criador alemán, visitó Perchino, después de que el Gran duque Nikolai, huyera antes de que llegaran los bolcheviques y salvó algunos de los borzois. Uno de ellos, fue Asmodey Perchino, un borzoi de gran importancia en el resurgimiento de la raza en Europa, después de la Primera Guerra Mundial.
Alexandra, consorte del rey Eduardo VII,
con su borzoi campeón, Alex. 1901
Los borzois, llegaron a Inglaterra, como regalo del Zar
a la familia real
El capitán Smith, del Titanic.
Su borzoi se quedó en tierra
En los años 50, una norteamericana amante de los borzois, escribió una carta a un miembro de la familia Imperial, preguntándole por el trágico episodio de los borzois durante la revolución. La carta que recibió en respuesta, fue publicada en la revista "Raiders of the Wind" (Invasores del viento):
"Querida señora:
(...) Parece ser tan entusiasta de los borzois, que ha sido un placer para mí, leer sus cartas. Me pregunta acerca de lo que sucedió con nuestros borzois. Acabamos con ellos con nuestras propias manos. Fueron disparados, matados y enterrados en nuestras tierras. Yo mismo di la orden para que así se hiciera. Esto le causará un shock, querida señora, pero fue un acto de bondad hacia ellos. Comprenderá que nuestra era había acabado y huíamos para salvar nuestras vidas, aunque aún no eramos conscientes de la tragedia que estaba por venir.
Llegué un día a mi villa dispuesto a acabar con premura con todo lo que pudiera. Había una enorme confusión, la mayoría de los habitantes habían huido. Mi amigo, me preguntó por los borzois que aullaban encerrados. Le dije: "Nada debe dejarse para que sea asesinado o destruido por los bolcheviques". Nuestros caballos habían desaparecido, para ser utilizados como alimento para el ejército, por lo que, los borzois serían los siguientes. Cuando fuimos a verles, estaban tranquilos. Les miré, me miraron, y supe que estaban preocupados. Los borzois son diferentes de otras razas, creo que reconocen el peligro antes de que llegue. Estaban sucios y hambrientos, pues los cobardes sirvientes no habían pensado en ellos desde hace días. Me causaron una gran tristeza. Le dije a mi amigo que los llevara al bosque y les disparara. Él, se quedó de pie detrás de nuestros caballos, mirando como los sirvientes les agarraban con las correas y se los llevaban. Me infundieron valor, querida señora, cuando vi a los borzois caminar con orgullo, camino de la muerte, en las ruinas de lo que había sido su mundo. Cuando todo acabó, mi amigo y yo fuimos a comprobar que todo se había hecho ya. Fueron enterrados en el lugar en que cayeron.
Durante 200 años, mi familia se enorgulleció de sus borzois. No he vuelto a ver un borzoi desde ese día, pero aún siento un gran afecto por ellos. Son una raza orgullosa, querida señora, una raza orgullosa. Los borzois de otras personas, no acabaron tan bien como los míos, al no ser liberados, y terminaron en manos de la chusma".
Llegué un día a mi villa dispuesto a acabar con premura con todo lo que pudiera. Había una enorme confusión, la mayoría de los habitantes habían huido. Mi amigo, me preguntó por los borzois que aullaban encerrados. Le dije: "Nada debe dejarse para que sea asesinado o destruido por los bolcheviques". Nuestros caballos habían desaparecido, para ser utilizados como alimento para el ejército, por lo que, los borzois serían los siguientes. Cuando fuimos a verles, estaban tranquilos. Les miré, me miraron, y supe que estaban preocupados. Los borzois son diferentes de otras razas, creo que reconocen el peligro antes de que llegue. Estaban sucios y hambrientos, pues los cobardes sirvientes no habían pensado en ellos desde hace días. Me causaron una gran tristeza. Le dije a mi amigo que los llevara al bosque y les disparara. Él, se quedó de pie detrás de nuestros caballos, mirando como los sirvientes les agarraban con las correas y se los llevaban. Me infundieron valor, querida señora, cuando vi a los borzois caminar con orgullo, camino de la muerte, en las ruinas de lo que había sido su mundo. Cuando todo acabó, mi amigo y yo fuimos a comprobar que todo se había hecho ya. Fueron enterrados en el lugar en que cayeron.
Durante 200 años, mi familia se enorgulleció de sus borzois. No he vuelto a ver un borzoi desde ese día, pero aún siento un gran afecto por ellos. Son una raza orgullosa, querida señora, una raza orgullosa. Los borzois de otras personas, no acabaron tan bien como los míos, al no ser liberados, y terminaron en manos de la chusma".
Una dama rusa, se puso encima todos los vestidos que pudo, uno encima de otro, para terminar con un largo abrigo, y fingiendo que simplemente paseaba con su borzoi, se subió con él a un tren y escapó de Rusia. Acabó en Inglaterra como ama de llaves.
En 1992 un grupo de miembros del Borzoi Club, viajaron con sus borzois a Perchino, lugar donde el Gran duque Nikolai, criaba a sus borzois. El habitante más anciano del pueblo, era el hijo de uno de los encargados de los borzois del Gran duque. Su padre había sido asesinado, junto a los borzois que quedaron en la propiedad (pero algunos fueron salvados), Este anciano, siempre creyó que hasta el último borzoi de Rusia, había sido asesinado ese día. Vertió lágrimas de alegría, al ver borzois de nuevo.
Y no me extraña nada. Creo que yo no podré tener nunca más un borzoi. Y si un día, volviera a ver uno en la calle, lloraría de emoción, me derrumbaría y sentiría una nostalgia y tristeza enorme. Conocerles, es amarles. Y admirarles.
Y para terminar, unas fotos que yo adoro y no me canso de volver a publicar una y otra vez. Marilyn en el camerino, posando con un borzoi para Avedon.
Y para terminar, unas fotos que yo adoro y no me canso de volver a publicar una y otra vez. Marilyn en el camerino, posando con un borzoi para Avedon.
Estas fotos siempre me hacen sonreír, aunque con tristeza.
El impresionante resultado final:
Dos seres absolutamente sublimes
Este vídeo lo he visto muchas vece a lo largo de los años. No se ve un borzoi corriendo, como en muchos otros; se trata de un borzoi sentado sobre su amo, en un banco del parque Inokashira, en Tokio. Me encanta verlo, pues se muestra muy bien como es un borzoi y se sienta como mi Dimitri lo hacía conmigo en el parque y después mi Tallulah.
"Y una galga a la que conoci el dia anterior , al verme entre la gente, en la calle, me saludo con su movimiento de rabo "
ResponderEliminarDesde ese dia , esa imagen acude a mi mente cada vez que leo o veo sobre Borzois , creo que cada raza de perros tiene una personalidad humana con la que convivir y desde luego un borzoi tiene que ir acompañado por la vida por un alma gemela humana y no todos tienen el privilegio de tener ese alma
Entre las fotos , esas especiales que me acompañan siempre , una acariciando a Lolita y Tallulah me recuerdan que vivi ese mágico momento en que cada una de mis manos acariciaban a dos seres especiales , dos razas tan iguales y tan distintas a la vez
Un beso y por favor vuelve a acariciarlas en mi nombre .... y a Margarito tb
Tallulah es muy tímida, pero sabe cuando merece que ella mueva el rabo.
EliminarYo espero tener una personalidad y un alma dignas de compartir con un borzoi. Y con una galga y un Margarito! :)
Me llena de orgullo que esa foto que mencionas, la consideres especial.
Me ha emocionado tu comentario.
Besos y gracias. Acaricio a esas nobles criaturas en tu nombre.
Y lo que hacemos con ellos, qué asco...
ResponderEliminarPues si. En este, como en otros muchos casos, las criaturas son adoradas o maltratadas. Muy injusto.
EliminarGracias, Josu.
Pues si. En este, como en otros muchos casos, las criaturas son adoradas o maltratadas. Muy injusto.
EliminarGracias, Josu.
Muy buena entrada, Alberto, está muy currada, se nota que te ha dado trabajo, con muy buen resultado. A mi me ha servido para aprender algo más sobre la historia de nuestros rusos y peludos amigos. Muchas de las cuestiones que comentas sobre su carácter ya las estoy viviendo con el señor Durrell, que coincide prácticamente en todas. La verdad es que son una pasada de perros y yo casi prefiero que sigan siendo desconocidos para el "gran público". No me gustaría que se convirtieran en una moda y que la gente solo los tuviera por eso. Eso si, si no te gusta llamar la atención por la calle, el Borzoi no es tu perro. Lo he comprobado desde el primer día. Muy buenas las fotos, no sabía que había tantas de famosos con ellos. Me llamó especialmente la atención la del capitán del Titanic con uno de ellos, y la del Borzoi negro tumbado en la nieve me parece espectacular. Un saludo, Alberto.
ResponderEliminarMuchas gracias, por decirme que te ha gustado, te lo agradezco mucho.
EliminarLlevaba mucho, mucho tiempo, queriendo hacer este post y escribirlo ha sido lo más fácil. Elegir fotos y no descartar muchas de ellas, lo más difícil. Está hecho con admiración y amor a esas criaturas tan especiales como únicas y bellas.
Yo también prefiero que sean desconocidos, pues no serían lo mismo. Afortunadamente, son perros enormes y eso echa para atrás a la gente. Es verdad que llaman la atención por la calle y yo que soy muy tímido, reaccionaba con cierta timidez cuando me decían algo. Excepto cuando les han llamado feos a mis borzois, que también me ha pasado.
Gracias otra vez.
Dale un beso al hermoso señor Gerald de mi parte. Yo por desgrcia, ya no puedo besar a mi pobre y bella Tallulah.