BAMBI, niños y mala gente.

Hay gente que considera que las películas de Walt Disney son nefastas para los niños. Yo tuve una amiga que así lo pensaba. Claro que también le parecía denigrante para la mujer, el frasco de perfume de Jean Paul Gaultier, un sencillo maniquí de costura.

Yo fui feliz viendo películas de Disney en mi infancia y aún no he perdido esa fascinación. Además, creo que aprendí a sufrir por las desgracias de los animales viendo Bambi.

Un incendio forestal es dantesco, ya sea en Bambi, o en la realidad.

La muerte de la mamá de Bambi a manos de cazadores, es el segundo momento más triste en la historia del cine según los expertos.

Y fui capaz de comprender que los elefantes sufren si se les humilla, encierra o maltrata, cuando vi Dumbo. Y que no es agradable verlos en un circo. Como tampoco morir a manos de un rey, por simple diversión. Cruel diversión.

Supe que decir mentiras (aunque yo no lo hiciera, pues siempre se me ha dado fatal mentir) podía ser fatal.

O comprendí que si es horrible vestir con pieles de animales, por simple vanidad, peor sería hacerlo con pieles de cachorrillos de perros, viendo 101 dálmatas.

¡Odié a Cruella de Vil!

Aunque puede que todo eso, ya lo pensara yo de niño y solito, cuando vi esas películas de Disney. El presenciar esas historias, solo debió de confirmarmelo, pues sufrí mucho con todas esas desgracias. Y también aprendí o comprobé, que en este mundo abunda la crueldad y las malas personas.

España va mal. Y no solo en la situación económica, va mal en la mentalidad, actitud e ideas de muchos de sus habitantes. De sus tradiciones, aficiones y crueles prácticas. Y va de mal en peor, con el para mí, cada vez más siniestro Partido Popular. Lo de ver cada día las noticias u ojear la prensa, se está convirtiendo en algo muy indignante para este que escribe. Todos los días siento ganas y necesidad de desaparecer de aquí. A diario me pongo enfermo a la hora de las noticias. Y siempre pienso: ¿Que será lo siguiente? 

Marianito me pone del hígado ya desde pequeño. 

Lo que se está haciendo en Sanidad, Educación, etc. es injusto, cruel y según expertos en economía, no sólo inútil, si no grave. Tremendos recortes que sólo afectarán a los que menos tienen. Se nos pide austeridad, para salvar España, pero la mayoría, ya vivimos continuamente inmersos en esa austeridad y los ricos, nunca serán austeros. Ni siquiera los miembros políticos del PP que nos exigen esa austeridad, vivirán con austeridad. A ellos, con sus sueldos (algunos disfrutan de hasta tres sustanciosos sueldos. ¿Verdad, Cospedal?) no les afectarán esos recortes. Es lógica la indignación de tantísima gente. ¿Cuantos de ellos habrán votado al PP? Me pregunto yo en cada informativo. No han cumplido nada de lo que prometieron que no harían. Mal se lo han montado los socialistas, pero esto ha sido un claro ejemplo de saltar de la sartén al fuego. Inmenso y devastador fuego.

Mientras se hacen multitud de recortes, se subvencionan los toros, la caza y ante la alarmante (para ellos) falta de afición en las nuevas generaciones a sus sádicas prácticas, llevan colegiales a las plazas de toros y a cacerías. ¡No doy crédito! Estos son los mismos que luego se oponen a que los gays adopten hijos. No se puede ser más reaccionario y retrógrado.

¡Perrito guapo! ¡Perrito listo!

La Junta de Castilla y León, confabulada con la Federación de Cazadores de esa Comunidad, destina 303.000 euros a poner armas en las manos de niños de 7 a 12 años (¡De 7 a 12 años!) y llevárselos de cacerías a inculcarles el "honroso placer" de abatir animales a tiros. Recortes en educación, pero se dedican 300.000 euros en enseñar a matar animales. 300.00 euros en fomentar crueldad. Pero ya he dicho antes que sus acciones y decisiones eran crueles. El PP no salvará el país y mucho menos a su fauna.

Copio de:  http://elpais.com/diario/2009/10/28/andalucia/1256685723_850215.html

Esto ocurrió en el 2009

Heridos tres niños en cacerías en sólo 15 días

La actual campaña cinegética está siendo especialmente accidentada en Andalucía, y los niños son las principales víctimas. En los últimos 15 días, tres niños, de 8, 12 y 14 años, han resultado heridos de gravedad por impactos de munición de caza mientras acompañaban a sus padres en distintas cacerías en Jaén y Córdoba. Ayer trascendió que un menor de 12 años se encuentra ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Materno Infantil de Jaén después de recibir un disparo en una cacería en el municipio jiennense de Torredonjimeno.

El suceso se produjo el pasado domingo en el coto de caza Nuestra Señora de Consolación, cuando, al parecer, el menor se cruzó en la línea de tiro de su padre y recibió un disparo fortuito. Fuentes sanitarias informaron de que el niño se encuentra en estado grave tras recibir unos 200 perdigones incrustados en los glúteos. Ha tenido que ser sedado para reducirle el dolor.

Es el segundo accidente de estas características en la provincia de Jaén en apenas dos semanas. El pasado 12 de octubre, un niño de ocho años resultó herido después de recibir un disparo en el pie izquierdo en una cacería en el paraje Molejuelo de Vilches. Según la Guardia Civil, al menor se le disparó el arma involuntariamente.

Tiro en el pecho

También el pasado domingo, otro menor de 14 años resultó herido de gravedad en una cacería en Bujalance (Córdoba). Se encuentra en la UCI del hospital Reina Sofía de Córdoba después de que su padre le disparara. Al parecer, con la cacería ya finalizada, se produjo el tiro cuando el padre recogió una escopeta apoyada en un olivo, alcanzado en la zona pectoral al pequeño de 14 años, que se encontraba en ese momento a una distancia de entre 20 y 25 metros.

Por otro lado, una cacería ha alterado los ánimos entre los ganaderos del parque natural de Cazorla, Segura y Las Villas, en Jaén, después de que varios perros que participaban en la actividad cinegética se escaparan y atacaran a sus rebaños. El Gobierno andaluz anuncia que reforzará la seguridad (!??). La montería estaba organizada por la Empresa Pública de Gestión Medioambiental (Egmasa) y tuvo lugar en un paraje del municipio de Pozo Alcón.

No diré lo que pienso de sus padres.

Y como estoy muy harto, contaré algo que no tenía intención de hacer, pero ya me tiraron de la lengua y lo conté en un comentario en otro blog.

Alguien, curiosamente votante del PP,  me contó que solía ir a montar a caballo al Escorial y allí coincidía con esta mujer del chandelier en la cabeza (me da un mal rollo terrible hasta escribir su nombre):

Es la clase de persona con la que me negaría 

en redondo a encerrarme en un ascensor. 

Ella, esa mujer, llegaba con pantalones de montar y blusa estampada con estribos (¿Hermès?), cuando todos se ponían la peor ropa, pues en el campo, a caballo, te ensucias y enganchas en arbustos, ramas, etc. Y después de llegar de esa guisa, decía: "El caso es que hoy no me apetece montar". Un día, su caballo se puso enfermo. Una gran contrariedad, pues tenía que acudir a un compromiso. El encargado de las cuadras y las personas que allí estaban, le dijeron que no se preocupara y que se acudiera su cita. Ellos se encargarían de llamar al veterinario. Ella se fue diciendo que llamaría por teléfono. Llamó a los cuatro días. Cuando su caballo llevaba muerto varios días.

Con esto quiero decir, que si no se preocupó de su pobre caballo enfermo, no resulta raro que disfrute de las corridas de toros, defienda la caza o pretendiera acabar con los perros de las perreras de la comunidad, a los tres días de su ingreso. Sacrificarían hasta al tuyo, si se extraviara y tardaras más de tres días en localizarlo. Esta mujer es elegida en las urnas. 

Y yo, preferiría que mis hijos se hartaran a ver películas de Walt Disney o incluso porno, antes que verlos acabar con la familia de Bambi. 

¡Hace falta tener poco corazón!