Doy gracias al cielo por llevar siempre un bolso grande. De él, además de entrar, puede salir cualquier cosa. Es para mí un misterio incomprensible, el que el resto de la humanidad pueda trasladarse por la vida sin uno de ellos.
Hace poco, le contaba lo siguiente a mis queridas y fieles amigas, en un email:
"...Y hablando de trastos y dolores, hace unas semanas me fui al centro, a Pontejos, que para las que no lo sepan, es donde van las señoras a buscar cosas de mercería, para sus labores. A mí me gusta ir a una tienda en concreto, que es la más pequeña, con menos gente y bastante encanto.
Es de esos lugares en los que aún se respira a antiguo.
Fui a comprar un galón y unas borlas (¡Que pasa!) para restaurar la silla que me encontré en la calle hace unas semanas. La zona, entre Sol y la plaza Mayor, estaba atestada de ciudadanos henchidos de espíritu navideño, muchos de ellos, con árboles de navidad en la cabeza, también con pelucas imposibles, de colores más imposibles aún o animales de peluche agarrados a sus entusiastas cráneos. Parecía que los madrileños habían enloquecido.
Es esa misma gente que luego te miran a ti raro en marzo, por llevar unos simples vaqueros rojos; ¡Manda huevos!
En una bocacalle de Sol, en una caja enorme de cartón, medio enterrado entre plásticos de burbujas, me encontré un maniquí plateado de señor, el pobre, todo desmembrado. ¿¡Que iba a hacer!? ¡Daba mucha pena, ahí tirado esperando ser destruido en el camión de la basura! ¡Y ya sabemos mi obsesión por los maniquíes y los trastos bonitos! Como iba yo solo, pensé llevarme solo el tronco con cabeza incluida, pero también pensé que más tarde me arrepentiría de dejar los brazos y las piernas allí. Teníais que haberme visto, al lado de Sol, en época navideña, con el vulgo a mi alrededor, tratando de poder cargar con el maniquí y todos y cada uno de sus cuatro miembros. El culo (el suyo) no sabía donde ubicarlo. Me propuse no mirar a la gente que debía de estar flipando conmigo y metí piernas y brazos en mi bolso grande (que dí gracias, otra vez, al cielo por llevar siempre) y con pies y manos asomando de él y abrazado a la cintura (sí, como María del Monte) del maniquí, después de luchar durante 15 minutos para distribuir todas las piezas, me dirigí, muy valiente o muy inconsciente, cabizbajo al metro (!!). En el torniquete de la taquilla, se atascaron piernas y brazos y yo deseé morir allí mismo. La gente me miraba y no ayudaba, seguro que eran votantes del PP. En el vagón, no os quiero contar... parecía que el maniquí y yo bailabamos un chotis. Hasta llegué a pensar que la gente empezaría a arrojarme monedas.
Llegué a casa, exhausto, dolorido y sudoroso. Agota mucho cargar con un cuerpo descuartizado. Además, debido al frío, me había puesto leotardos (¿Alguien se está riendo?) debajo del fino pantalón de chándal negro muy estrecho, de esos con bandas blancas en los laterales ¡Me sudaban el culo y los... las ingles. Oliver alucinó: "¿¡Que trae este!?" "¡Y por que no has cogido un taxi!?" Y yo, al borde del desmayo: "¡Por ahorraaaar...!". En fin, que eramos pocos y... Tenemos el maniquí, imponente, (¡1'85!) montado en el salón, esperando que yo le decore y sin tener la más mínima idea de donde lo colocaré. Aún no sé si llamarle Teodoro o Dionisio.
Lolita, preguntándose donde podré colocarlo.
El pobre, está lleno de golpes y desperfectos que habrá que arreglar.
Está claro que no ha sido tratado con mucho cuidado
y que le han vestido y desnudado muchas veces
y eso puede tener consecuencias
Tan grande y plateado, parece un extraterrestre.
Esta foto está movida y sin flash, pero salía Lolita en ella :)
¿Habíais conocido antes a alguien tan raro como yo? Me extrañaría mucho".
A pesar de esto, mis amigas me siguen queriendo. Creo. A estas alturas, supongo que no les resulta difícil quererme.
Ahora, además de no saber donde colocarlo, la duda es como decorarlo, después de restaurarlo. Lo que le faltaba a mi casa, por supuesto, era un maniquí, además de espacio.
Continuará.
Yo debo ser también muy rara - qué narices, lo soy y orgullosa estoy de ello - porque me parece lógico que te llevaras el maniquí a casa. Ya nos irás informando de como va la restauración de Dionisio - me gusta más que Teodoro.
ResponderEliminarBss!
Esto debe de ser el tipo de cosas que hacen los Acuario:) Es verdad que cada año que pasa, me siento más orgulloso de ser raro. "¡Antes raro que "normal!"
EliminarYa contaré en que termina esto de... ¿Dionisio?
Gracias y besos.
JAJAJA,IMPOSIBLE DEJAR DE QUERERTE.LUCIA
ResponderEliminarMuchas gracias por decir eso, querida Lucía. Podría decir lo mismo.
EliminarBesos.
Que hubiera hecho yo por ir en el metro y verte en aquellos momentos, juro que hasta dejaria de fumar por ver esa imagen, todo lleno de piernas y brazos (...y luego dices que te duelen las rodillas)
ResponderEliminarVerás, yo trasteo a diario con seis de esos, pero blancos, pesan como condenados, un día se me cayo una pierna, con tan mala pata que se me descorcho la rodilla, ahora resulta que tengo un maniquí con una fea costra en la rodilla, me encanta la postura de ese maniquí, tiene la pose idonea para vestido o minifalda, pero he probado y no queda bien, porque la vista se va a la costra y no a la ropa, ¿me podias decir como puedo disimular esa fea herida? y ¿si le pongo betadine o mercromina roja y un vestido morado acompañado por un foolard de tonos rojos o ocres? dimé...que tu sabes.
Empieza con la restauración, que ese tema a mí me toca...
Y ¿porqué dices que tus amigas te quieren? acaso ¿te lo han dicho? que suerte tienes, a mí mis amigos jamás me lo dicen.
Besos.
Pues yo, volvería a fumar otra vez por verte a ti verme en el metro (¿Se nota que estoy deseando fumar?).
EliminarPara disimular la costra de la rodilla de ese maniquí, se me ocurren dos cosas. Una, que cubras el desperfecto con masilla, lo lijes y pintes de blanco. La otra, mas fácil y rápida, es que le pongas al maniquí las bragas caídas por las rodillas tapando el defecto. Antes de indignarte, medítalo. Quedará con gracia y estilo y todo el mundo parará a ver ese escaparate y las ventas serán un éxito.
Para tu información, mis amigas me han dicho en repetidas ocasiones que me quieren. ¿o no lo recuerdas? ¡¡Y a ti también te lo han dicho!! Eres como una mosca de esas... ¿Has leído el comentario de Lucía, de más arriba? ¡Pues eso!
Besos.
Te quiero maña anónima.
Aquí al habla otro raro que te dice que el relato hasta tiene valor literario. :-)
ResponderEliminarY dios, sí que tenía que ser grande el bolso. :D
Yo tengo una amiga que colecciona, entre otras cosas como pueden ser fotos antiguas de desconocidos en bodas y comuniones que dan miedo y que encuentra en rastros, muñecas antiguas que ella tunea con soplete incluido. También tiene un santo casi a tamaño natural al que, aunque al pobre no le cuelga nada, se supone que se la tienes que chupar para tener suerte en el amor. XD
Llámalo Dioniso, que soy muy dionisíaco y me gustan más los dioses griegos originarios que no los de los romanos cuando se los robaron a los griegos y Dioniso pasó a llamarse Baco (de ahí "bacanal"). Tú que debes de ser así como un poco dionisíaco, que sepas además que la cara del maniquí se parece a tu foto de perfil. :-P
¿Valor literario? ¿A mis años? ¿Con lo iletrado que es uno? Gracias por pensarlo.
EliminarFotos de bodas que dan miedo, muñecas tuneadas con soplete y un santo al que hay que chuparle algo de lo que carece... Tu amiga resulta más rara y audaz que yo. Debería llegar lejos. Lo que yo hago es como del Club Disney.
Bien, pues ante el clamor popular, se llamará Dionisio. Yo debí ser algo así como Dionisíaco, hace muuuuchos años, pero hoy ya, ni eso. :)
Gracias.
me encanta, has hechob muy bien en no dejarle llegar al vertedero
ResponderEliminar.... aunque tenga sus partes como el Ken
Si; yo también me alegro de haberle salvado, como cuando cojo un mueble viejo y lo restauro, pero además, este tiene cara, aunque sus partes sean como las de Ken, poco prometedoras. De todas formas, no todo en la vida es "eso"! ¿O si? Ya se las decoraré :)
EliminarGracias y besos.
¡Le pondré borlas!
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