TALLULAH puede pasar del estado más tranquilo y apacible, a todo lo contrario. Agarra uno de sus peluches que están repartidos por los suelos de toda la casa, y se pega una carrera por el pasillo y, si no está la abuela (mi madre) en el sofá, salta a él por ecima de la mesa de café. De ahí, otra carrera hasta mi habitación, y otro salto a la cama.
¿Cómo ha llegado esa vaca de peluche a lo alto de la lámpara de burdel decimonónico?¿Y cuanto tiempo llevará ahí?
LOLITA también puede ponerse en estado melancólico.
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