Alegra saber, que al margen de muchas personas, otros muchos más, que son legión, evolucionan y conocen el sentimiento de la empatía. Ponerse en el lugar de los demás, de los desvalidos, de los necesitados de ayuda, debería ser una cualidad de los humanos, pero es obvio que la mayoría de las veces no es así.
Abundan los deshumanizados. Una facultad y virtud de los seres humanos, debería ser sentir compasión por alguien que sufre, sin distinción de especie. El sufrimiento, afecta a cualquier ser vivo y hay que ignorar a quien dice lo contrario, como los toreros, acerca de los toros.
Sufrimos nosotros, sufren los galgos ahorcados, sufren las focas masacradas, sufren los visones en las fábricas peleteras, y los perros abandonados, los animales encerrados y exhibidos en zoos y circos, las orcas y delfines confinados en tanques de por vida, ante un público que parece desconocer eso de la empatía. Y por supuesto, sufren los animales en los mataderos.
Alegra saber que las cosas, aunque despacio, van cambiando, para mejor. Alegra comprobar, que a la vez que muchos parecen involucionar, otros muchos más, evolucionan.
El toro, salvajemente torturado cada año en esa fiesta-tradición ancestral y no por ello respetable, que es la celebración (llamar celebración a ciertos disparates, resulta obsceno, lo sé) del toro de la Vega, en Tordesillas, Valladolid, en honor de una virgen que no recuerdo, ni me preocupa hacerlo, pues me indigna que tantas veces, estén tan unidos los asesinos de animales, con sus sangrientos festejos y sus santos, vírgenes, patronos, Iglesia o altares, no podrá ser lanceado ni asesinado, al menos, como repugnante diversión, delante de los asistentes.
Esta noticia no es la mejor, pero sí muy importante y es motivo de alegría. Y no solo por ese pobre toro asesinado cada año, también por comprobar eso, insisto, de que los ciudadanos y gobernantes, parecen empatizar y evolucionar, aunque sea poco a poco y sin remisión, al margen del vulgo embrutecido y despiadado, carente de esa empatía tan necesaria y valiosa, para los seres supuestamente racionales. Y amparándose siempre en nefastas y crueles diversiones y tradiciones, dignas de desaparecer.
Esta noticia no es la mejor, pero sí muy importante y es motivo de alegría. Y no solo por ese pobre toro asesinado cada año, también por comprobar eso, insisto, de que los ciudadanos y gobernantes, parecen empatizar y evolucionar, aunque sea poco a poco y sin remisión, al margen del vulgo embrutecido y despiadado, carente de esa empatía tan necesaria y valiosa, para los seres supuestamente racionales. Y amparándose siempre en nefastas y crueles diversiones y tradiciones, dignas de desaparecer.
“...Hay que adaptar las tradiciones, si queremos que perduren, al momento de cada sociedad, y hay que adaptarlas a lo que siente, piensa y opina la sociedad del siglo XXI, a la cultura y a la sensibilidad del siglo XXI…”
PACMA: luchando desde el 2005 por la abolición del Toro de la Vega from PACMA TV on Vimeo.