El Metropolitan de Nueva York y la Fundación Getty colaboraron en el proceso de restauración de las tablas
Fuente: EL PAÍS.com
Todos los grandes museos del mundo tienen un puñado de obras maestras ligadas a su nombre. El Prado, rico en joyas insuperables del arte antiguo, tiene en los retratos de Adán y Eva de Durero una de sus piezas señeras. Confinadas en el taller de restauración del Prado durante los dos últimos años para ser sometidas a una delicada intervención de restauración , las dos obras han vuelto hoy a las galerías centrales del museo con un aspecto similar al que les dio Alberto Durero, el artista más importante del Renacimiento alemán, en 1507. Las obras, que durante cuatro meses se mostrarán fuera de su emplazamiento habitual, se exhiben ahora en la planta baja junto a una pequeña sala presidida por el espectacular autorretrato de Durero, en la que se puede seguir el trabajo de restauración paso a paso.
Donde antes había grietas, agujeros, sucios barnices o polución, ahora se vuelven a mostrar dos figuras que representan el canon de belleza ideal según Durero. Los colores originales con reflejos plateaos, vuelven ahora a resplandecer como cuando fueron pintados.
Dos expertos mundiales en restauración de tablas, José de la Fuente, del Museo del Prado, y George Bisaca, del Metropolitan de NuevaYork, han recuperado los soportes estructurales de la obra. Ayer, en el Auditorio del museo, recordaban que en todo el mundo no hay más de diez especialistas en el oficio que ellos dominan y que el trabajo realizado ha sido especialmente complicado en el caso del retrato de Adán ya que la tabla había sido agujereada en varios puntos. Responsables también de la recuperación de la tablas de El descendimiento de la cruz, de Roger Van der Weyden o El Jardín de las Delicias de El Bosco, afirmaron que nunca se habían enfrentado a un trabajo tan complicado como el que representaban las piezas de Durero.
Mayte Dávila, restauradora del museo desde hace 35 años, contó que desde el siglo XVIII , las dos tablas habían sufrido terribles restauraciones consistentes en sucesivas capas de barnices y repintes. "Ver ahora los tonos ámbar de Eva o los plateados de Adán, suponen un momento de felicidad".
'Adán' antes de su restauración, durante y después.
Estas tres imágenes muestran cómo los daños
del soporte habían incidido directa y negativamente
sobre la capa pictórica provocando las faltas
de preparación y de color que, en la imagen final,
se aprecian completamente reparadas tras su restauración.
'Eva' antes, durante y después de la restauración.
Resalta el contraste que se distingue en la carnación
de Eva, consecuencia de los barnices oxidados,
en convivencia con la delicada coloración rosa
nacarada de la figura. Se observa también
el contraste en el suelo, de un tono más transparente
plateado. Se aprecian asimismo los huecos
de los tornillos que fueron introducidos
a través de la superficie pictórica rompiendo
literalmente la capa de preparación
y la superficie pictórica.
Gabriele Finaldi, director adjunto del museo, explicó que este trabajo ha sido posible por la colaboración entre el Prado, el Metropolitan de Nueva Yorky la Fundación Getty. La restauración se planteó en 2004 en una reunión de expertos internacionales, aunque hasta 2.008, no comenzaron los trabajos. El montaje de la presentación de las obras restauradas ha sido patrocinado por Iberdrola, entidad que ayer firmo en el museo un acuerdo de colaboración.
Autoretrato de Durero