Sí, lo que hay encima del marco del Landseer,
sobre la vitrina, es un nido con pajaritos falsos.
Y esos huecos de la pared,
están a la espera de ser llenados.
Hace unos meses, me encontré una noche una planta enorme, como de tres metros de altura, en la calle. Tenía pocas hojas, pero estaba viva. Pensé que acabaría en el camión de la basura. Me la subí a casa y lo hice por la escalera, pués no entraba en el ascensor, ni de coña. Cinco pisos tratando de no estropear la copa con el techo de la escalera... Yo no entiendo a la gente. ¡Tirar una planta a la puta calle estando viva! Claro que si lo hacen con los perros, con una planta...
Casi llega al techo. Ese tallo vertical es nuevo.
¿Alguien sabe de qué planta se trata?
Es parecido a un níspero, pero con las hojas planas.
Ayer mismo, me encontré otra. Metida en una bolsa de plástico, con las raíces al aire, sin tiesto y junto a los contenedores para reciclar papel y vidrio (¿¡!?). Es una Diffembachia de hojas grandes. De las injustamente despreciadas desde que corrió la voz a causa de su toxicidad. Como si una hiedra, adelfa, o un poto, tan común, no lo fuera.
La Difembachia, muy recuperada
pocas horas después de ser plantada.
El caso (siempre tiendo a irme por las "ramas") es que necesitaba un nuevo macetero grande para la pobre planta. Los que busqué, o eran demasiado caros, o demasiado aburridos, o demasiado feos (de verdad que lo eran). Corrí a un "Todo a 100" con la intención de encontrar algo que me sirviera. Entonces lo ví, ahí, todo metálico y lleno de posibilidades, como un lienzo en blanco. No sabía que haría con él, pero sería un macetero después de pasar por mis perturbadas manos.
El cubo de zinc, antes de ser transformado.
Lo miré durante días, como en trance, una y otra véz. Cada una de esas veces, tenía una idea, pero como volvía a tener otra diferente al cabo de un rato, descartaba la anterior. Hasta que, desorientado y confundido, eché un vistazo a un pañuelo indú que tengo y se me encendió la bombilla. Busqué fotos en Google de deidades de la India. Fué difícil elegirlas:
Después, pinté el cubo en dos colores. No, no fué el rojo uno de ellos. Más que nada, por que quedaba bastante naranja al lado del fúcsia. Respeté, sin pintar, una franja entre los dos colores.
Cuando pegué las imágenes y añadí un estarcido en oro y plata a los lados de ellas, ya perdí la cabeza y fuí en busca de más materiales.
Sí. Lentejuelas de diferentes tamaños y colores.
¡Sería un cubo artesanal comprado en un mercadillo de Jaipur!
Un montón de lentejuelas, piedras (no, borlas, esta véz no), pegamento y varias capas de barníz más tarde... ¡Voilá!
Listo para servir de macetero.
AVISO:
No se publicarán comentarios crueles.