Como el motivo era muy, MUY importante (NO te olvidamos, SCHNAUZIE), después de un rápido Cola Cao y una ducha para despejarme y convertirme en lo más parecido a una persona, Lolita, Tallulah y yo nos hemos ido dando un rápido paseo hacia la Plaza de España.
Tres manifestantes (nosotros)
camino del encuentro,
reflejados en el cristal del
ascensor del metro.
Siempre en estos casos, pienso si servirá de algo. Ante la duda, hago todo lo que puedo por asistir. Pocas cosas me motivan más (seguramente ninguna más) para acudir a una concentración de este tipo, que exigir derechos y cambios en las leyes de protección de los pobres animales sin voz.
No había mucha gente, pero supongo que la suficiente para hacernos notar. Muchos perrillos, eso sí. Perrillos queridos y protegidos por sus amantes amos. No como tantos y tantos que no lo están, por encontrarse abandonados, sólos y desprotegidos. Espero que sirva de algo.
Da gusto que un lugar como este lo mismo sirva para ver a Kylie actuar o para que nos reunamos para exigir causas justas.
Un bonito perrillo portando una pancarta
en honor de Schnauzie. Lástima que el brillo
del sol no nos deje leer el texto.
Dos amiguitos que se acercan a oler a Lolita
Un precioso mestizo de galgo
El fuerte viento a mí me ha impedido oir lo que se decía
por el megáfono.
Otra belleza
Una asustada Tallulah y un curioso amiguito
Más bellezas manifestantes
Lolita y Tallulah se quieren ir.
Demasiada gente junta las pone nerviosas.
Además, yo me he tomado una Coca Cola
justo antes de salir de casa y voy a tener
que levantar la pata en una farola.
¡Corriendo a casa!
Antes, una foto del Palacio de Liria.
La casa que más envidia me da de todo Madrid.
Estoy por preguntar si la Señora Duquesa
me permitiría usar su baño.