Quiero dedicar este post a mi amiga Arquepe, para que compruebe que incluso los perros que destrozan preciosos zapatos, son encantadores. Aunque estoy seguro de que ella ya lo sabe. También se lo dedico a todos/as los que habeis pasado por esta inolvidable experiencia y la recordais con una sonrisa.
Peter Lippmann es un fotógrafo nacido en Nueva York, ha vivido y trabajado en París durante los últimos quince años. Es famoso por sus bodegones (still life) de un efecto absolutamente pictóricos. Y su estilo, resulta tremendamente creativo y siempre sorprendente.
Estas son algunas fotografías que ha realizado para Louboutin.
Lippmann ha colaborado con las más célebres firmas francesas (Cartier, Guerlain, SFR Telecom, SNCF Rail, Pierre Gagnaire) o internacionales (Nicolas wines, Minute Maid, Chianti, Downy, Wilkinson Sword...) y sus obras pueden verse en Vogue, New York Times Magazine, Marie Claire y Le Figaro. Sus fotografías las realiza tanto en París, como en Londres o Nueva York.
En su tiempo libre, canta y compone para el grupo parisino "Zee Mutts".
Más fotos para Louboutin.
Las siguientes fotografías, no son de Lippmann, si no de Arquepe y hay que reconocer, que también tienen su personal estilo. Y también impactan lo suyo.
No sé si necesitan más comentarios míos. Sólo diré que esos zapatos estaban sin estrenar.
Esa silueta detrás de la cortina, a mí me suena...
¡Pobre Himilce! ¡Hay que quererla!
(Por cierto... ¿Dónde han ido sus orejotas?)
(Ahí están.)
Y se hace querer.
Gracias a Arquepe e Himilce por este valioso y enternecedor documento.
Cómo me suenan las primeras fotos, cuántos zapatos Camper y no camper se habrá comido Nana. Pa' matarla!!!
ResponderEliminarUauuu, que preciosidad de fotos, ¡me pongo a tus pies, como estos zapatos! Y que decir de los perros comedores de zapatos, son una monada.
ResponderEliminarUn besazo, Alberto.
Mnnn... no sé ni por dónde empezar... Lo primero, preguntarle a laura cuándo se le pasó a Nana la apetencia por los Camper y no Camper; más que nada para hacer mis cálculos.
ResponderEliminarY Sara me tira de la lengua, para confesar que, en efecto, son una monada monísima, sobre todo justo a los cinco segundos de descubrirlos con los colmillos en la masa. Tan monos que a una se le atropellan las palabras sin lograr articular más que un sonido gutural, como si justo el tacón se atravesase en el gazñote, cual espina de besugo...
Ay, Alberto, me has consolado mucho, puesto que mis difuntos zapàtos en modo alguno podían equipararse a este maravilloso despliegue de diseño glamouroso (y carísimo, intuyo). Pero es que, además de consolarme, me has provocado la admiración, con su pizquita de envidia comme il faut, al comprobar que eres insuperable en el arte de la exégesis internáutica. ¿¿Dónde demonios encuentras cosas tan originales, atrayentes y bellas?? Yo podría pasarme tres años ante esta pantalla sin llegar más allá de las Adidas... Pero claro, el que nace estiloso...
Sin embargo, he de hacerte la confidencia de que hoy, la zapatófaga, a varias horas de que la ingresemos para esterilizarla, con esa expresión de inaudito descaro y de más inaudita inocencia, me produce tal ternura y remordimientos ante lo que se le avecina (aunque sea por su bien) que la plantaría delante de las estanterías del Corte Inglés como si de un buffet libre se tratase...
Un millón de besos.
(Y a "la voz" y no me refiero a Sinatra, dile que aún estoy... impactada).
Arquepe (desde un ordenador que medio funciona en comparación con el mío).
LAURA:
ResponderEliminarTodo pasa. Esa fase, pasa, aunque Arquepe no pueda creerlo. Debe ser eso que llaman "Ansiedad por ausencia". Es lo que tienen los perrillos desgraciados que encuentran el amor humano. Y los cachorros sin vigilancia, también.
Gracias, Laura.
Un beso.
SARA:
ResponderEliminarGracias por decirme que te gustan esas fotos. No te pierdas las nuevas que he añadido, con una modelo exclusiva.
Y es verdad que son una monada esos perrillos destroza zapatos. Si no fuera por lo mucho que se les quiere... vale mucho más una cola en movimiento que todos esos Louboutines juntos.
Un beso.
ANÓNIMA ARQUEPE:
ResponderEliminarLo mío, no tiene perdón. Cada día tengo peor la cabeza. pensé en poner esas fotos de Himilce al final del post, de remate. Se me fué de la cabeza. Al leer tu comentario, es cuando lo he recordado. Ahora el post, ha mejorado. ¡Dónde va a parar!
El descubrir una fechoría de estas, siempre causa un shock, pero sorprendentemente, se recordará, ya siempre, con una sonrisa. Lo sé por experiencia. En el post que hice sobre el sofá Chester, ya conté que Dimitri de cachorro, peló todos los bajos del anterior. Lo dejó para el desgüace. Se pasó, ese sofá, varios años con una funda, hasta el chester, que sigue cubierto, no por que las niñas lo muerdan, si no por las uñas de Tallulah, que son como las de un oso. Arquepe: Es una fase. Y no te quejes. Simplemente, Himilce es creativa y tus zapatos los ha tuneado. Póntelos y dí que son carísimos, con ese maravilloso efecto apocalíptico.
¿Por qué crees que no tengo tiempo para nada? Entre los tres blogs y mis exploraciones de la web (y la madre, las nietas...), no barro la casa ni quito trastos. Pero cada cosa bonita que encuentro, merece la pena. Desde siempre he sido un fanático de las imágenes. Antes de Internet, compraba revistas extranjeras para ver cosas bonitas, pero ahora, no me hace falta. hay mucho que ver aquí.
Cuéntame cómo sale la niña zapatófaga de la operación. Y no te preocupes, ya sabes que se recuperan en un pispás. Cuando esterilizamos a Lolita, me dijo el veterinario que no corriera en quince días. A los dos y sin que yo pudiera detenerla, ya se pegaba carreras, mientras yo me caía redondo al suelo por la impresión. Dale muchos besos de nuestra parte. Y a Diva.
"¡La vóz! ¡La vóz! ¡No es para tanto! ¿Que pasa con la mía? ¿Es aflautada, acaso? ¿Parezco Farinelli? Pués eso.
Os debemos un email a las tres del consorcio. Perdónanos el retraso. Nos contamos.
Muchas gracias y más besos.
Pues os cuento un poco, Nana es una labradora traviesa (a día de hoy, tiene 8 años y parece que tuviera 3 meses), se lo comió todo, y digo todo, móviles, cds, bajos de sofás, sillas, todo lo que hubiera en las mesas, toda la fila de abajo de libros de la estantería, comida ya ni te cuento, e incluso hizo un agujero en la pared de la que sacó no sé cuántos cables, para haberse electrocutado. Se la pasó en cuanto llegó Pívodi a casa, no sé porqué, porque todo lo que he contado antes lo hacía incluso con nosotros en casa. Probé un día a bajar al trastero dos minutos y cuando volví ya estaba enzarzada con el árbol de navidad. Era un destrozo continuo. Lo de los zapatos todavía le dura, así que los escondo todos cuando me voy, y lo único que hace es que cuando no estoy pilla ropa mía de mi habitación y me la reparte por el suelo de toda la casa, y alguna se la lleva al sillón y se tumba encima de ella. Aún después de todo esto no he sido nunca capaz de darle un cachete, lo siento, soy así, lo único que hago es quererla como es. Es como los hijos, te toca uno que no come y te aguantas, con mi perra/hija, me tocó una que se lo come todo y me aguanto.
ResponderEliminarBesos.
LAURA:
ResponderEliminarTe entiendo muy bien en lo que dices que la quieres a Nana tal y como es. Yo cuando descubrí que Dimitri había pelado el sofá, después de pasar el shock, pensé que el valor del sofá no se podía comparar con lo que yo le valoraba a él. Ojala pudiera seguir disfrutando de su compañía. Además, lo de destrozar cosas, se les pasa. Lo hizo Lolita y Lo hizo Tallulah. Nosotros somos responsables (¡Que nadie se me ofenda!) y procurar alejar de su alcance todo lo que podamos hasta que se les pasa la afición destructora. ¡Y no darles nunca, por ejemplo, unos zapatos viejos para que los muerda! Ellos no distinguen cuales sí y cuales no. Una chica que conocí le dió a su pero unos zapatos viejos para tirar y cuando llegó a casa, los había destrozado y su mejor par, también.
¡Hay que quererles! Al final, dan menos problemas que muchos hijos y te demuestran más su cariño. Por eso yo no tengo hijos y sí galgas :) Con mis respetos a los hijos ejemplares de las madres que pasan por aquí.
Un beso.
Caro Alberto y contertulios, estoy en éxtasis, por las fotografías y por las historias que cuentan. En mi casa siempre hubo pastores alemanes, animal de gran nobleza, aunque algunos piensen lo contrario. Mi pastora Duquesa, solo tenía predilección por las hebillitas del cabello, las cintas, las ligas y todo lo referente a accesorios para el cabello ! Raro no? Un gusto menos caro que unos zapatos como los de la fotografía, pero sus travesuras me hacían sonreir y quererle más.
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