Los borzois son unos galgos muy, muy especiales. Cualquiera que ha convivido con uno de ellos, puede confirmar que es una experiencia única e increíble. Son nobles, cariñosos, aunque no de lametones, pero muy cariñosos a su manera. Además, son inteligentes, testarudos, y son increíblemente bellos, aunque no son conscientes de ello. Pocas cosas son comparables a pasear a un borzoi. No puedes parar de mirarle caminando a tu lado. Además, son tan grandes (una de las razas de mayor tamaño), que les puedes acariciar, según caminas. Y si se ponen de pie, sobre sus patas traseras, son tan altos como tú.
Fueron, como todos los galgos, considerados los perros de la nobleza, en este caso, al ser rusos, los perros de los zares. Y fueron muy admirados durante el siglo XIX en Europa y por ello, no se extinguieron pues durante la revolución rusa, los bolcheviques casi acabaron con ellos. Gracias a los que salvaron y sacaron de Rusia, siguen existiendo.
Alexandra, consorte del rey Eduardo VII, y Alex
La emperatriz Sissi, con su borzoi
Una mujer, en la calle, le dijo a su marido cuando me vio con uno de mis borzois: "¡Mira, un galgo ruso! A estos los utilizaban para embellecer los salones". Y es verdad, por eso me hizo sonreír. Nada embellece un salón, como un borzoi. O puede que me ciegue la pasión :)
Mi querida Tallulah, ocupando el sofá
No deja de indignarme el hecho de que mucha gente, por la calle, cuando ha visto a mis borzois, exclame sin reparos que son perros feos. Pero ya sabemos que abunda la gente sin sensibilidad (y sin educación) y no saben apreciar la belleza aunque se la pongan delante de las narices.
Theda Bara
Mrs Dulcie Rice con dos de sus borzois
Hoy, en particular en España, son poco frecuentes. La gente piensa que no son perros apropiados para vivir en un piso, debido a su tamaño y como todos los galgos, por creer que corren sin parar, incluso por casa. Nada más alejado de la realidad. En un piso, son como gatos, todo el día tumbados. Y son tremendamente limpios y a pesar de su tamaño, cuidadosos.
Y su pelo, su sedoso y maravilloso pelo, que puede alcanzar un sinfín de colores diferentes, no necesita tantos cuidados como el de un afgano.
El guepardo, es el animal terrestre más veloz, alcanzando una velocidad punta entre 95 y 115 km/h en carreras cortas. Posee una anatomía especializada para la carrera. También (como los galgos), posee el mayor corazón en proporción a su tamaño de todos los felinos. Esto le permite bombear la sangre con más fuerza hacia todo su cuerpo. Sus pulmones y fosas nasales son muy amplias para absorber más oxígeno, una cola larga, que puede alcanzar la mitad de la longitud de su cuerpo, que le da estabilidad en la persecución. Sus garras no son retráctiles como las de los demás félidos; esta característica mejora su tracción en altas velocidades. Wikipedia
El siguiente vídeo, me deja pasmado.
(Pon antes en pausa el reproductor de música, en la barra inferior de la pantalla. Gracias)
No entiendo como los humanos nos llevamos tan mal entre nosotros y estas dos criaturas, de especies tan diferentes, disfrutan tanto de su mutua compañía. Una vez más, la Naturaleza nos da lecciones.
Y de regalo, un vídeo más de un borzoi dándose un baño.
Esa es la mirada irresistible de los borzois.
Evidentemente, un borzoi no puede estar más que con alguien a la altura de su bondad y nobleza.
ResponderEliminarBesos miles (y esta vez, especialmente, a la sin par Tallulah)
Te refieres al guepardo y no a mí. ¿Verdad? Me había emocionado al leerlo por primera vez.
EliminarMuchas gracias, de todas formas. Le daré todos esos besos a Tallulah, pero racionados.
Más besos para tí.
Son animales que me cautivan: me quedo bloqueado cuando muy raramente tengo la oportunidad de ver alguno (son muy escasos). Quizás algún día tenga la suerte de disfrutar de uno de ellos, aunque como siempre me pasa, son ellos los que me eligen a mi. El apreciar tanta majestuosidad y belleza, tanta nobleza y bondad, es un placer que da sentido a lo que hacemos con y para ellos. Gracias Alberto por recordarnos que aún estamos vivos y compartimos son otras personas esta intensa y profunda pasión por los animales. Pedro.
ResponderEliminarDice mucho de ti, Pedro, que te cautiven. Abunda mucho la gente que les encuentra feos. Yo estoy fascinado con ellos desde que era un crío, cuando los veía en fotografías y en el cine. La primera vez que siendo un niño, vi a a dos borzois paseando con su dueña por mi barrio, me quedé, absolutamente flipado. Nunca pensé que llegaría a tener borzois conmigo, en mi casa. Son unos galgos increíbles.
EliminarMuchas gracias a ti, por lo que dices.
Hola Alberto; hace relativamente poco que yo conozco la raza Borzoi. Por casualidad, unos nuevos amigos que hizo mi mujer, gracias a que se mueve un poco por el mundillo de los perros, tienen una pareja de ellos y cuando los conocí, quedé realmente impresionado. Me refiero a los perros, aunque ellos también son buena gente, ja, ja...La verdad que ese porte aristocrático que tienen, llama la atención de cualquiera. En fin, resumiendo, que ahora nosotros también somos unos de los pocos afortunados que tienen un Borzoi por compañero de piso. Se llama Gerald, tiene ahora 6 meses y ahí estamos, conociéndonos. Es muy muy bueno y cariñoso aunque también algo cabezón y desobediente, aunque imagino ( y espero) que con el tiempo mejore. Es cierto que tienen un carácter especial y tendremos que tener paciencia con él y él con nosotros. Pero estoy seguro que merecerá la pena. Pues nada, si pudiera te enseñaba una foto, (es blanco y fuego), te felicito por tu blog y un saludo.
ResponderEliminar¡Bienvenido al mundo Borzoi, Chema!
EliminarSon muy buenos perros y llenos de nobleza. Eso si, muy testarudos. Obedecen, pero al rato, cuando ellos deciden obedecer :) Vivir con ellos es una experiencia muy especial y recomendable. Además, su maravilloso aspecto y carácter, nos hace ser indulgentes con ellos. Seguro que Gerald es una belleza y según se haga adulto y crezca (lo hacen muy rápidamente!), os dejará pasmados. Mucha suerte con él.
Muchísimas gracias por tu comentario y felicitaciones.
Saludos.