No son sólo muñecas, lo que realiza Marina Bychkova, son obras de arte.
Ella dibuja, esculpe, fabrica en el horno cada pieza de porcelana que forma cada parte de la anatomía, de cada articulación de sus muñecas, pinta y viste, cosiendo telas y enriqueciéndolas con multitud de diminutas cuentas y abalorios, Incluso realiza el trabajo de orfebrería, en plata y oro de 24 kilates, creando todas las piezas y joyas que adornan algunas de sus obras. Hasta conseguir una muñeca única, convertida en obra de arte. Como así lo demuestra el hecho de haber mostrado su obra en galerías de arte y museos de diferentes países del mundo.
Cuenta que sintió la necesidad de fabricarse sus propias muñecas siendo aún una niña. Se sentía harta y disgustada de la mediocridad e insipidez de las muñecas fabricadas en serie. Esa profunda frustración, la inspiraron a crear sus propias muñecas. Utilizando sus propias ideas de belleza femenina. Algo que le interesaba era, no sólo una articulación real del cuerpo, si no un bonito equilibrio entre la forma delicada y el extraordinario funcionamiento de una muñeca.
Desnudas, me parecen diminutas hadas de un bosque.
Al principio, sólo pretendía tener, por una vez, bonitas muñecas para jugar. Pero a los diez años, ya no le importaba jugar con sus muñecas, por que diseñarlas y fabricarlas se convirtió para ella en el mayor reto y en el juego más divertido.
Buscando un nombre para su empresa de muñecas, eligió "Enchanted Doll" por el relato del mismo nombre de Paul Gallico, en el que una joven crea muñecas con tanto amor, que hechizan a la gente nada más contemplarlas, por su fascinante y delicada belleza real. Lo cual, podemos comprobar, consigue ella misma también con sus muñecas.
Puedes elejir el tono de piel, color de pelo...
Lástima que su precio sea a partir de
1.985 dólares canadienses una muñeca desnuda.